miércoles, 13 de enero de 2016

Historia y Simbolismo de la Universidad de Chuquisaca (1624 – 2014)

Antonio Dubravcic Luksic* 

Bernardo Gantier Zelada**
* Ex Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chuquisaca.
Vicepresidente de la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”
** Licenciado en Filosofía, Universidad Católica de Bolivia, Teología Universidad Pontificia de Comillas, Madrid. Socio de Número de la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”
 
INTRODUCCIÓN

La Universidad de Charcas, La Plata o Chuquisaca, en el virreinato del Perú, tuvo  su Real Cédula fundacional muy posterior  a  de las universidades de Santo Domingo, Lima México y Córdoba. El emperador Carlos V le concedió la fundación mediante Real Cédula de 11 de julio de 1552, fue obra del fundador de la Universidad de Lima, Fray Tomás de San Martín, primer Obispo de la Diócesis. No se sabe con precisión las razones que influyeron para que se postergara la aplicación de esta Real Cédula fundacional. Algunos historiadores como Rodríguez Cruz (1), opinan que tal vez se debió a la muerte de su promotor (Fray Tomás), ocurrida el 29 de marzo de 1554; años después, cuando inició  sus actividades, tuvo una destacada actuación en el campo académico y político del Alto Perú.

Fue  en el siglo XVII, cuando Charcas logró su universidad, pero no precisamente por efecto de la Real Cédula, sino más bien por iniciativa de la Compañía de Jesús, cuyas gestiones fueron decisivas para lograr su creación. Con anterioridad se realizaron otras peticiones a la corona, tanto desde la sede arzobispal, como de la Real Audiencia. En 1621, los jesuitas fundaron un colegio, cuyo funcionamiento oficial en 1623  estuvo a cargo del rector del  colegio de La Plata, padre Luis de Santillán; fue este plantel jesuítico el que posteriormente dio origen a la erección universitaria.
Poco después, el 27 de marzo de 1624, el provincial Juan Frías de Herrán,
fundó oficial y solemnemente, estableciendo la primera estructura curricular, sus primeras constituciones y reglamentos que corresponden a la etapa jesuítica, así como que se le diera autoridad y reconocimiento a la Compañía para dirigir la institución y otorgar los grados  académicos respectivos.

 
Ese tipo de organización influyo directamente en la educación, porque si bien, la enseñanza impartida en la mayor parte de las universidades hispanoamericanas en los siglos XVI, XVII y XVIII, se reducía al conocimiento de la lengua latina, los estudiantes de nuestra Universidad, llegaron a familiarizarse con la lectura y estudio de los mejores poetas clásicos, con la comprensión y análisis filosófico, que comprendía el estudio de las súmulas (lógica), física, metafísica, teología, escolástica, cánones y escrituras.

La expulsión de los jesuitas  en 1776 fue un duro golpe  para la instrucción pública en Chuquisaca. Sin embargo, se inició una nueva etapa en la historia de la Universidad de Charcas, llamada juristica(2).

El nuevo modelo fue organizado sobre las bases del derecho de Regio Patronato y la dirección de la Junta de Temporalidades. No obstante, la Universidad no perdió su misión de forjar a la nueva juventud, ni tampoco permitió que se perdiera el objetivo de preparar a los jóvenes para que fueran partícipes activos en el proceso de la emancipación americana.

No por casualidad, el primer movimiento político de emancipación  y libertad, que culminó con la Independencia  de la República de Bolivia, fue dado en Chuquisaca el 25 de Mayo de 1809 por gente formada en esta Universidad
La Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca en el Alto Perú, hoy Bolivia, fue importante por diversos aspectos en su trayectoria histórica. Es destacable el esfuerzo desempeñado por la Compañía de Jesús, impulsora y fundadora de la institución, hasta su expulsión de los Reinos de España en 1767. Esta Universidad se convirtió en una de las más reconocidas del Nuevo Mundo, es imposible negar su gran relevancia e importancia en la historia sudamericana.
En lo que respecta a su destacada labor en el proceso de emancipación, el
claustro de la Universidad tuvo una actuación relevante en los acontecimientos  de la Revolución de Chuquisaca, el 25 de mayo de 1809. Esta demostración indica el carácter de su indiscutible desempeño, en la independencia de las colonias americanas del imperio español, a través de la educación de un importante número de líderes, quienes más tarde formaron los primeros gobiernos independientes del Cono Sur.

El historiador Clément Thibaud,(3) señala que “la Academia Carolina de Charcas fue una escuela de dirigentes para la independencia”, ya que en su tiempo era la única institución de estudios jurídicos de importancia en todo el Río de la Plata y el Virreinato del Alto Perú, hecho que sin duda aportó a esa juventud gran parte de los recursos, con los cuales forjaron los valores intelectuales de la independencia.
Se recuerda que los pueblos del viejo continente exhibieron universidades seculares, cuyos orígenes son muy antiguos, como sucedió con la Universidad de El Cairo (Egipto), fundada en 988; la de Bolonia (Italia) establecida en 1089; Montpellier (Francia) en 1220; Oxford (Inglaterra) en 1096; la de París (Francia) en 1150; y la de Salamanca (España), fundada en 1218. (4)
Por razones obvias, la fundación de universidades en Hispanoamérica ocurrió más tardíamente.

Luego de haber transcurrido algo más de cuatro décadas del asentamiento  de los españoles en tierras de América, empezaron a fundarse escuelas, colegios de estudio y universidades. En el caso de estas últimas instituciones, la primera universidad fundada en América fue en la isla de Santo Domingo, denominada Universidad de  Gorjón, obra de los religiosos dominicos en el año de 1538, por Bula papal de S.S. Paulo III. (5)

El 12 de marzo de 1551, la Cédula Real, aprobada por Felipe II, recién llegó a Lima en 1553, procediéndose a la fundación en memoria de Don Carlos, en el año de 1574. Se le dio el nombre de San Marcos.
La Universidad de San Francisco de Quito fue confirmada por el Papa Sixto V por Bula del 20 de agosto de 1586. La Universidad de Santa Fe de Bogotá, se fundó en 1610, con el nombre de San Bartolomé.
El Obispo de Córdoba Fr. Fernando Trejo y Sanabria, fundó  la Universidad de Córdoba en 1613, pero fue en 1622 cuando dispusieron del Sello de la Autoridad.  Los papas Gregorio XV y Urbano VIII, así como los reyes Felipe III y Felipe IV, aprobaron el contenido de sus estudios. (5)

En 1624, se fundó en La Plata la Universidad de San Francisco Xavier por el padre Provincial Juan de Frías y Herrán. En el mes de  febrero de 1621, existía el Colegio de San Juan Bautista, por la provisión del Virrey Príncipe de Esquilache.
Sin olvidar las conquistas del siglo XVIII, como la revolución francesa, la imposibilidad de sostener la interdicción de ideas entre las colonias españolas y el resto del mundo, puede catalogarse a la ciudad de La Plata como, “el pueblo más civil”, según expresión de varios historiadores, y fue allí donde se fraguó “el pensamiento de libertar a las colonias hispano-americanas”.

Por esos motivos insistimos, la Universidad de Charcas fue la que condujo a los hijos del Alto Perú por el camino de la libertad. Se puede afirmar que el estallido del 25 de mayo de 1809, constituye el producto de la incubación universitaria en primer término, asociada a otras causas secundarias, fenómeno que no pudo realizarse en Lima por la acción letal del Virrey; algo parecido ocurrió en Buenos Aires en 1810, como consecuencia de las dos invasiones inglesas, la gente adquirió conciencia de su poder material, al mismo tiempo que se le ofrecía el recurso intelectual suficientemente desarrollado, constituyendo el único motor de las grandes transformaciones.
 
___________
1 Ver al respecto a RODRÍGUEZ Cruz A: Historia de las universidades hispanoamericanas. Instituto Caro y Cuervo, Patronato Colombiano de Artes y Ciencias, Bogotá, 1973,1.1, p. 353.
2 WUST, A: La Universidad de San Francisco Xavier, cuna espiritual de la independencia americana, Revista Latinoamericana, México, 1958.
3 ZAVALA Córdova, Gonzalo: Clément Thibaud, La Academia Carolina y la independencia de América. Los abogados de Chuquisaca (1776-1809), Sucre, Editorial Charcas, Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, 2010, 161 p.
4 ABECIA Valentín y Mallo Nicanor: Historia de Chuquisaca, Editorial Charcas, Sucre, Bolivia, 1938, p. 171.
5 ABECIA Valentín y Mallo Nicanor: Ibídem

LOS PRIMEROS JESUITAS EN LA PLATA CAPITULO I

LOS PRIMEROS JESUITAS EN LA PLATA

En el año de 1574, con el objeto  de organizar el Virreinato del Perú, llegó a la ciudad de La Plata el Virrey don Francisco de Toledo acompañado de su séquito, como asesores teológicos, a los primeros jesuitas que llegaron a esta ciudad: los padres Jerónimo Ruiz de Portillo y Juan de la Plaza. Posteriormente, arribaron a la ciudad los padres José de Acosta y Luis López, en sus dos primeros meses de estadía, se dedicaron a impartir los ministerios propios de la Orden: prédicas, ejercicios espirituales, acompañamiento espiritual y confesiones. Posteriormente se trasladaron a Potosí, donde formaron un equipo apostólico que dio grandes frutos tanto entre españoles como entre indígenas, de tal manera que ante el pedido de la población se fundó un colegio en 1577. (6)  

Fundación del Colegio de Santiago Apóstol (22 de febrero de 1621)
En el año 1591, el trabajo  que realizaron  los Padres Manuel Vásquez y Antonio Vega, despertó en  la Villa en La Plata el clamor popular con el objeto de exigir una permanencia estable y definitiva de los jesuitas en la ciudad. El Cabildo secular haciendo eco de la solicitud  de los pobladores realizó su petición formal a la Real Audiencia, para que en ejercicio del Real Patronato dé su aprobación y encomiende a su Procurador la ejecución del trámite. Sin embargo, ante la idea de que pudiera establecerse una nueva orden religiosa en la ciudad, se produjo una férrea oposición de los cuatro conventos de las órdenes religiosas más antiguas y de sus sectores afines.

Gracias al apoyo de don Alonso de Cepeda, Presidente de la Audiencia, los oidores de ambos cabildos: el secular y el eclesiástico, así como  decididos amigos, allanaron  los inconvenientes. Así,  a mediados de 1591, se fundó el Colegio de la Compañía de Jesús  en la Plata, con el nombre del Apóstol Santiago el Mayor, institución que estará marcada, hasta el final de sus días, por dos principales objetivos: el apostolado y la misión con los indígenas por una parte, el apostolado y la misión intelectual  con los españoles, por otra.

 Labores  apostólicas  y  docentes
Durante el siglo XVII el Colegio de Santiago, parecía una “colmena de varones apostólicos”, pues los miembros de la comunidad jesuítica estuvieron  abocados a una intensa actividad de evangelización de los indígenas a través de las cofradías del Niño Salvador, los sermones públicos, las misiones rurales y las misiones entre infieles.
El sector español fue atendido por intermedio de las congregaciones marianas, las prédicas, las misiones urbanas sobre todo, con la labor docente y académica(7)

A principios del siglo XVII los miembros de la esta comunidad, volcaron  sus intereses para atender al numeroso colectivo humano de los esclavos africanos afincados en la ciudad. Organizaron  una cofradía similar a  la de los indígenas. En la década de los años veinte y treinta este ministerio cobró nuevos ímpetus con la llegada del prestigioso  padre Diego de Torres Bollo, quien  a pesar de su avanzada edad y después de su gigantesca obra de organización en la Provincia del Paraguay y de sus Reducciones, terminó sus años apostólicos en la capital de los Charcas.

Desde el inicio, el Colegio de Santiago se constituyó en una institución dedicada a la educación. Las primeras letras que impartieron a los niños, se llamó la “decuria”, normalmente estuvo a cargo de algún jesuita estudiante. El  Colegio también ofreció a la juventud la formación en gramática y humanidades que se llamó “latinidad”. Estos estudios tuvieron un nuevo impulso, cuando a partir de 1606, durante el rectorado del padre Juan Frías de Herrán, se acomodaron las nuevas directrices de la Ratio Studiorum, establecidas en todos los centros educativos de la Compañía de Jesús.
Por su parte, la Cofradía de los indios llamada del Niño Jesús participó de este sistema de educación, al disponer de su propia escuela donde se enseñó a los niños, hijos de los cofrades, letras, cuentas y música.

Fundación del Colegio Real de San Juan Bautista (10 de abril de 1621)
Los antecedentes de la fundación de San Francisco Xavier revelan que el “Colegio Real de San Juan Bautista”  fue el principal precursor para que los religiosos jesuitas fundaran en 1624 la ilustre Universidad que desde la época de Audiencia de Charcas, hasta el día de hoy es reconocida por su prestigio académico y motor  fundamental de la economía local de Chuquisaca.
 
El año 1621, vecinos, caballeros y personas más principales de la ciudad de La Plata habían pedido fundarse en ella un colegio de estudiantes para que en él se críen en letras y virtud los hijos de los caballeros de aquella república y comarca.(7)

El 10 de abril de ese año, a solicitud del procurador general de la Compañía de Jesús, padre Alonso Fuertes de Herrera, y a nombre del sacerdote Juan de Frías y Herrán, el virrey Joseph de Cáceres y Ulloa dio el título de “Colegio Real del Señor de San Juan Bautista” al colegio de los jesuitas en La Plata.

Dos  cátedras de estudios superiores.
Lo que dio mayor relevancia a los estudios en el Colegio de Santiago, fueron las dos cátedras que se pusieron al servicio de la formación del clero de la arquidiócesis platense.
La más antigua fue la de “Lengua Índica” que se estableció para responder a las exigencias de las disposiciones reales (8) y al mandato  de los Concilios Limenses que obligaban  a los aspirantes al sacerdocio y a los candidatos a los cargos de párrocos o doctrineros a mostrar suficiencia y dominio de las lenguas de los indígenas.
A partir de 1593, y durante treinta años, la Cátedra de Lengua Índica estuvo a cargo del padre Diego de Torres Rubio, quien escribiendo  gramáticas y vocabularios en Aimara, Quechua y Guaraní puso las bases de esta cátedra que tuvo un brillante desarrollo hasta la expulsión de la Compañía en tiempos de Carlos III (Agosto de 1767).(8)
Luego de siete años de  vacancia de su sede,  el Arzobispado de La Plata, en fecha  18 de Octubre de 1610, recibió al primer  Arzobispo don Alonso de Peralta, quien al percatarse de la realidad de su grey descubrió la triste situación de la evangelización de los indígenas y la débil atención pastoral a los  feligreses.
 
El 23 de Septiembre de 1580 desde Badajoz el Rey Felipe II envió a la Audiencia de Charcas una Cédula Real en la que disponía la creación de una Cátedra de Lengua General en el sitio más adecuado donde se hallase “la persona más inteligente de la lengua general de los indios” para que la “leyese”. Al mismo tiempo encargaba a los Obispos de la jurisdicción de Charcas no ordenen a los que ignoren la lengua de los indios y que, más bien, dicho conocimiento sería mérito a tener en cuenta a la hora de conceder beneficios, que los curas que tuviesen doctrinas sin saber el idioma debería cursar las lecciones, aprobar examen de suficiencia y presentar certificado que lo acredite, caso contrario los beneficios de las doctrinas de las que gozaban quedarían vacantes, etc.

Una de las mayores causas de ese abandono, fue la escasa formación de los párrocos para subsanar el mismo, buscó el apoyo del Colegio de los Jesuitas,  y dispuso  la fundación de  la segunda de las cátedras: de Teología Moral y Casos, iniciando  sus lecciones en 1611, con  la participación de cuarenta oyentes, todos  ellos clérigos de la Arquidiócesis.
El primer Arzobispo de la Villa de La Plata, planteó la necesidad de fundar  una Universidad en Chuquisaca. Tres años  antes, en 1607 los colegios “de arriba” (entiéndase de la Audiencia de Charcas) de la Compañía de Jesús del Perú, presentaron al Padre General en Roma un extenso y muy ponderado postulado para que dichos colegios puedan acoger un noviciado en “estudios” (formación superior) y en Teología para los estudiantes jesuitas criollos de la región, con la posibilidad de recibir alumnos externos. Los fundamentos de esa representación tomaron en cuenta  las distancias que existían para llegar a Lima, lo nocivo del clima de esa ciudad, y la necesidad de formar personas que sirvan a su tierra. (9)

Se planteó la necesidad de crear una Universidad en Chuquisaca
En 1613, la Audiencia de Charcas, elaboró  un memorial,  enviado  al Rey, en él se justificaba la necesidad de fundar una universidad en la ciudad de La Plata. En 1606  se dispuso que  el Obispado se convierta en  Arzobispado, se dispuso   que la  ciudad  de La Plata, sea la  sede Metropolitana. Esa  iniciativa despertó el apoyo de los vecinos y del Arzobispo, que vieron   la necesidad de contar con un centro de formación para los estudiantes del distrito de Charcas y de las gobernaciones del Paraguay  y de Tucumán. Así se evitaría a los estudiantes el traslado penoso de 330 leguas desde Charcas, y más de 800 leguas desde Tucumán y del  Paraguay, hasta Lima donde “con la diferencia de los temples enferman y mueren” (9).
 
Del Colegio Real de San Juan Bautista, a la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca.
Don Francisco de Borja, Príncipe de Esquilache, Gobernador y Capitán General de reinos y provincias del Alto Perú, mediante provisión de 10 de abril de 1621, ordenó  la fundación de un plantel educativo con la categoría de Colegio Real al que llamó  San Juan Bautista.

Fundación de la Universidad de San Francisco Xavier. (27 de marzo de 1624)
Al respecto el  historiador Valentín Abecia señala que: (10)

“En el documento titulado Patente de la fundación de la universidad, el padre Juan de Frías Herrán, como prepósito y provincial de la Compañía de Jesús en el Perú, dijo que con la universidad los jesuitas deseaban mostrar el amor que su orden tenía por la ciudad de La Plata dando a sus hijos doctrina y letras con las que vivan virtuosamente y oficio, erijo, establezco y fundó en nuestro colegio ­­­ de esta ciudad de La Plata una Universidad, para que los estudiantes que cursen en ella o hubieran estudiado en los demás colegios de estos reinos y provincias del Perú puedan ser y sean graduados de bachilleres, licenciados, maestros y doctores en las facultades que cursasen... Nombró por rector de la Universidad al padre Luis de Santillán. Nombró por cancelario y prefecto de estudios al padre Ignacio Arbieto, por ser puedan ser honrados, aprovechados y sujetos de grandes esperanzas.
Declaró solemnemente: Por la autoridad que nos está concedida por la Bula Apostólica (de Gregorio XV) y Privilegio Real (de Felipe Tercero), con las provisiones de los señores virreyes y decreto de la Real Audiencia de Charcas y usando asimismo de la facultad de mi sujeto consumado en letras, que ha enseñado Teología muchos años en nuestro colegio de Lima. Instituyo seis cátedras: Cátedra de Prima, a cargo del padre Ignacio de Arbieto; Cátedra de Vísperas, a cargo del padre Francisco Lupercio, cuyas letras, virtud y ejemplo son notorios en la ciudad. Cátedra de Teología Moral, a cargo del padre Miguel de Salazar, persona muy docta y de toda satisfacción; Cátedra de Artes, a cargo del padre Ferdinando Reiman, cuyas letras y modo de enseñar son conocidos y notorios en nuestra provincia; Cátedra de Mayores y Humanidad, a cargo del padre Federico Tornabona, eminente y consumado no solo en letras humanas, sino en divinas y en todas las ciencias.
 Cátedra de Medianos y Menores, a cargo del padre Francisco de Morales, teólogo consumado...
 
          "La universidad tendrá por patrón a nuestro glorioso padre San Francisco Xavier, nuevo apóstol de la India, y    llevará su nombre para que con su patrocinio y amparo el aprovechamiento de los estudiantes sea lo que yo deseo, para mayor gloria de Dios Nuestro Señor y ensalzamiento de su santo y bendito nombre e IHS... San Marcos de Lima”.
“... Y en esta forma, dejo fundada la Universidad y Colegio Real anexo e incorporado...”

En uso de la autoridad concedida por Bula Apostólica y Privilegio Real, con las provisiones de los Señores Virreyes y Decreto de la Real Audiencia, primero se nombró al Rector de la Universidad y  luego al
Cancelario y al Prefecto de los Estudios, designación  que recayó en el Padre Ignacio de Arbieto  por contar con el aval de haber sido durante muchos años catedrático de Teología en Lima.

En 1621 el padre Juan Frías de Herrán, Provincial de la Compañía de Jesús en el Perú, antiguo rector del Colegio de Santiago de la Plata, fundó dos colegios para hijos de familias nobles: uno  en esta ciudad Sede de la  Audiencia de Charcas: el “Real Colegio Convictorio de San Juan Bautista” y otro en el Cusco: el “Real Colegio de San Bernardo”. En esa oportunidad se inició las gestiones ante el Papa y el Rey, para que la Compañía de Jesús en el Perú concediera  a los estudiantes de sus colegios grados superiores: el de bachiller, licenciado, maestro o doctor.
Con este apoyo, y en virtud a la bula de S. Gregorio XVI del 9 de Julio de 1621, mediante cédulas reales de 2 de Febrero y 26 de Marzo de 1622, se ordenó que en  la diócesis que tuviesen colegios jesuíticos, a más  de 200 millas de una universidad pública, los obispos autorizaran el otorgar los grados de bachiller, licenciado, maestro y doctor en filosofía y teología, con valides en todas las universidades de América y Europa. 
El padre Frías Herrán decidió crear dos nuevas universidades en Cusco y en La Plata. En febrero de 1623 en el Colegio de la Transfiguración de la antigua Capital del Tawantinsuyo fundó la “Universidad de San Ignacio de Loyola” con las lecturas de las Bulas papales y las Cédulas reales correspondientes. Un año más tarde, el mismo padre Provincial en  una visita a la sede de la Audiencia de los Charcas, el 27 de marzo de 1624, en el “Colegio del Señor Santiago Apóstol” hizo lo propio, dando por fundada la Universidad de San Francisco Javier.
   
Posteriormente 15 de Abril, con toda solemnidad, en el aula con artesonado dorado del Colegio de Santiago, el padre. Juan Frías de Herrán, en presencia de los Alcaldes ordinarios de la ciudad y del Cabildo, mandó a colocar las bulas, las cédulas, las provisiones del Virrey, un Auto de la Real Audiencia y una orden suya con la primera lección de la Universidad. En  esa ocasión el padre Federico Tornabono, maestro de Mayores, pronunció una oración latina haciendo elogio de los estudios que se inauguraron para el bien de estas  provincias “gracias a Su Santidad y a Su Majestad”, y posesionaron los maestros en las cátedras de artes.

Al padre Gonzalo Lira, miembro de la comunidad, se le pidió incorporar la patente a los prebendados de la Catedral - al Deán le competía graduar o incorporar– así se tenía  al claustro completo. El 31 de Junio, en la iglesia de Santiago, se otorgaron  los  primeros grados al Dr. Pascual Peroches Maestrescuela de la Catedral –con 14 o 15 maestros- y doctores ya incorporados.
En virtud de la Bula, se concedió  el grado de doctor al Licenciado Lorenzo López Barriales, ex alumno del Colegio.

El régimen de la Universidad
El padre  Provincial dispuso que el Rector del Colegio, como se usaba en la Compañía de Jesús, el padre Luis de Santillán ejerciera su autoridad en la Universidad, y el cargo de Prefecto lo desempeñará el padre Ignacio de Arbieto, la Cátedra de Prima de Teología la dictará este mismo padre, la de Vísperas de Teología la ofreciera el padre Francisco Lupercio, la de Teología Moral  la enseñará  el padre  Miguel de Salazar, la de Artes la brindará el padre. Ferdinando Reiman, la de Mayores y Humanidades el padre Federico Tornabono y la de Medianos y Menores el padre Francisco de Morales. Así, en las nuevas cátedras se mantuvo la de antigua de Moral, lo mismo aconteció con la de “Lengua Indica” que se mantenía   a cargo del eminente lingüista padre Diego de Torres Rubio.
La Universidad tenía que contar con un Cancelario, normalmente le correspondida al Arzobispo, o en tiempos de ausencia, el Deán de la Catedral, debía aprobar las decisiones que tomaba el Rector sobre asuntos institucionales y conferir  grados.

El Claustro de la Universidad fue  una instancia compuesta por los maestros y doctores de la Universidad que recibieron los exámenes de grado. El Rector fue el Superior de la comunidad de los jesuitas y ejerció el
cargo de “gobierno absoluto” sobre el Colegio y la Universidad, fue designado por el padre Provincial de la Compañía de Jesús.

 El padre  Prefecto de Estudios supervigiló el régimen académico sobre alumnos y catedráticos. El Secretario custodió el archivo y el arca; refrendaba escritos, actuaciones y testimonios.

El Receptor fungía como procurador de los bienes y recogía multas, propinas y derechos de grados. Finalmente dos bedeles en turnos semanales  supervisaron  el aseo, la disciplina y la distribución de horarios.

Los grados se  otorgaron, cuando los alumnos hubieran aprobado con mérito las cátedras del curso. Con tres puntos aprobados se graduaba un bachiller. Un bachiller con el respectivo puntaje y un curso más como pasante. Con un curso más se graduaba un maestro de artes. Con la facultad de Artes o Filosofía vencida y con cuatro cursos de la carrera se graduaba un bachiller en Teología. Con estos mismos estudios más dos cursos como pasante se graduaba un licenciado en Teología. Finalmente el doctor en Teología debía defender una tesis.

 
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(7) Abecia Valentín Historia de Chuquisaca pág. 174; Sucre  1939(8) El 23 de Septiembre de 1580 desde Badajoz el Rey Felipe II envió a la Audiencia de Charcas una Cédula Real en la que disponía la creación de una Cátedra de Lengua General en el sitio más adecuado donde se hallase “la persona más inteligente de la lengua general de los indios” para que la “leyese”. Al mismo tiempo encargaba a los Obispos de la jurisdicción de Charcas no ordenen a los que ignoren la lengua de los indios y que, más bien, dicho conocimiento sería mérito a tener en cuenta a la hora de conceder beneficios, que los curas que tuviesen doctrinas sin saber el idioma debería cursar las lecciones, aprobar examen de suficiencia y presentar certificado que lo acredite, caso contrario los beneficios de las doctrinas de las que gozaban quedarían vacantes, etc.
(9) Memorial de la Audiencia de Charcas a S.M. sobre la Universidad y otras cuestiones. Plata, 28 de Febrero de 1613. 2fls. AGI Charcas 19. En el mismo memorial se destaca la utilidad de los miembros de la Compañía de Jesús que “son de gran provecho para la policía cristiana y bien de las almas” y se pide puntualmente apoyo para la comunidad de Santa Cruz de la Sierra donde viven en gran necesidad.
(10) Abecia Ibídem
 

LA IMPUGNACIÓN DE LIMA CAPITULO 2

LA IMPUGNACIÓN DE LIMA

Cuando se crearon las universidades de San Ignacio en el Cuzco y de San Francisco Xavier en Chuquisaca, se produjo la reacción inmediata en la Universidad de San Marcos de Lima, sintiendo que se dañaban sus derechos y prerrogativas como la única universidad para el Perú, envió una representación ante el Consejo de Indias solicitando la anulación de las cédulas de erección de dichas universidades. Esta instancia emitió una cédula atendiendo favorablemente la petición limeña, declarando fuera de derecho las nuevas fundaciones. Los delegados de San Marcos, de regreso a la ciudad de los Virreyes lograron la ratificación del Consejo de Indias con una provisión del Virrey de Lima don Diego Fernández de Córdoba, Marqués de Guadalcázar. (1612-1621). (12)
 
Diversos oficios enviados  desde Lima llegaron a La Plata, intentando hacer que la Audiencia de Charcas aplicará las determinaciones de Madrid y de Lima anulando la erección de la Universidad de San Francisco Xavier. El Oidor de turno, dispuso el “traslado” de la causa.
Luego la misma Audiencia declaró, en uso de sus prerrogativas, causa en litigio y, de esa manera, las célebres cédula y provisión no pudieron aplicarse.
La Audiencia se pronunció en un Auto, al considerar que la causa fue asumida en favor de la Universidad de San Francisco Xavier,  por el Cabildo Catedralicio y el Cabildo Secular de la ciudad, por los cabildos seculares de Potosí, de La Paz, de Oruro y de otras ciudades. La causa volvió a remitirse al Consejo de Indias para que fuese revisada con serenidad.
La respuesta de la Corte de Madrid fue favorable para las nuevas universidades, conforme a la Bula del Papa Gregorio XV, que había concedido la gracia de dar grados, ygracias a los jesuitas de Roma por diez años, ésta fue ratificada  en una Bula del Papa Urbano VIII a perpetuidad.
Gracias a las gestiones que realizó el padre Procurador de la Provincia del Perú en Madrid, el padre Cristóbal García Yáñez a nombre del padre Provincial Juan Frías de Herrán, del Arzobispo de La Plata, de los obispos sufragáneos, de los cabildos seculares y eclesiásticos, de las autoridades y de la nobleza de las ciudades de la Audiencia de Charcas (las que eran favorecidas con la fundación) lograron que el propio Rey Felipe IV ordenara el cumplimiento de las cédulas antiguas.
 
 Los brillantes inicios.
Los informes de los superiores de la Compañía de Jesús, reconocieron la excelencia de los estudios de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca y el “lucimiento” en los actos académicos, es el  otorgamiento de grado no tenían  nada que envidiar a los celebrados en la Universidad de San Marcos de Lima o de cualquier universidad de España.
El 29 de Julio de 1679,  se realizó la solemne incorporación al claustro de la Universidad de San Francisco Xavier del nuevo Arzobispo de La Plata don Cristóbal de Castilla y Zamora, antiguo Inquisidor en Lima y recién Obispo de Guamanga, ciudad en la que había dejado fundada la Universidad de San Cristóbal.
 
En 1681, atendiendo a las necesidades del Tribunal de la Audiencia, el arzobispo don Cristóbal de Castilla y Zamora, en calidad de  Cancelario de la Universidad, tomó la iniciativa de fundar a su costa, tres nuevas cátedras, dos de Cánones (de Prima y de Vísperas) y una de Instituta.
A los padres de la Compañía se les presentó  una encrucijada de jurisdicciones y obediencias. Hicieron sus representaciones y explicaron sus dudas. Fundamentaron que ellos gobernaban la Universidad con  autonomía disponiendo de las cátedras, con una función netamente eclesiástica, atendiendo  a las bulas y Cédulas de la fundación de la Universidad.
Alegaron  que con las nuevas Facultades de Derecho se presentarían otras dificultades, en las cátedras con maestros seglares, sobre los que el Rector no tendría autoridad. Se hizo la consulta a Roma y luego de recibir Bulas y Cedulas de confirmación quedaron todos en paz. El 26 de Septiembre de 1682 el padre Juan de Mora, Vicerrector, convocó a exámenes de oposición para las nuevas cátedras.
Este acontecimiento de apertura de ciencias seculares en la Universidad  resulto un acierto  a corto y mediano plazo. También fue una invitación para que acudan a Chuquisaca estudiantes provenientes de lugares bien remotos del Virreinato del Perú como las provincias de Tucumán y  Río de La Plata.
 
El método jesuítico.
A partir de 1599, durante dos siglos, el código pedagógico de estudios, fue aplicado universalmente en la educación jesuítica, se regía por Ratio Studiorum.  Este sistema educativo estipulaba  el orden de las disciplinas, materias, reglas administrativas, el rol  de autoridades y docentes, los usos y costumbres, premios y castigos, tiempos de estudios, descansos y vacaciones, los autores, etc.
La pedagogía jesuítica se caracterizó por su dinamismo en las pre lecturas, resúmenes, la base de los estudios estuvo  en la gramática y las humanidades, que se nutrían en los  autores clásicos greco-romanos. En el campo de la filosofía y la teología,  la doctrina oficial, era la escolástica de raíz aristotélica y tomista,  desde la vigorosa lectura de los textos del padre Francisco Suárez, complementada con las de los padres Juan de Mariana, el padre Luís de Molina, padre Juan Maldonado y otros pensadores de la Compañía de Jesús.
De esa manera, se estimuló a los estudiantes el dominio de la materia, la discusión, la destreza en el uso de la lógica, la capacidad de articular el discurso.
La base de los estudios estuvo  en la gramática y las humanidades que se nutrían de textos de  autores clásicos greco-romanos.
Estos fundamentos escolásticos unidos al método dinámico de la Ratio dieron lugar a una auténtica práctica filosófica en los estudiantes.
Las situaciones del mundo colonial y los contextos históricos confrontados con algunos elementos teóricos de la escolástica (derecho de resistencia al tirano, derecho de conquista, la necesidad de obedecer las leyes, la nulidad de leyes injustas, la soberanía del pueblo, las formas de gobierno...) plantearon cuestionamientos que fueron resueltos por aquellos espíritus inquietos con una creatividad, y un ímpetu que dieron lugar a mantener opiniones que condujeron a cuestionar la legitimidad de la presencia colonial española en América.
 
Producción intelectual.
La historiografía boliviana lamenta y lamentará siempre la pérdida de los archivos de la Universidad y del Cabildo de Chuquisaca, quemados por la soldadesca de las fuerzas de Belzu; el 6 de diciembre de 1848, después de su victoria sobre la fuerzas de Velasco en la batalla de Yamparáes, se alojaron  en el edificio que entonces fungía como Palacio Legislativo, antes Universidad, y hoy Casa de la Libertad. Se supone que desaparecieron los testimonios de la actividad intelectual de las personas que pasaron por las aulas de San Francisco Xavier. (13)
Sin embargo es posible seguir el rastro de la producción de algunos
personajes miembros de la Compañía de Jesús, el padre Diego de Torres Rubio, quién regentó la cátedra de Lengua  durante cuarenta años, se conocen sus gramáticas, vocabularios y artes de las lenguas Quechua, Aimara y Guaraní , la forma hablada por los chiriguanos

Consolidación de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca
Aunque la Universidad de Charcas, La Plata o Chuquisaca, contó con Real Cédula fundacional posterior a las universidades de Santo Domingo, Lima México y Córdoba, la disposición real no se ejecutó de manera inmediata. Fue en el siglo XVII cuando Charcas logró ser sede de una institución superior de  una manera efectiva y real. Con anterioridad habían sido realizadas otras peticiones a la corona, tanto desde la sede arzobispal como de la real audiencia. Los jesuitas habían fundado un colegio en 1621. Su funcionamiento oficial data de 1623 constituye el cimiento de la erección universitaria, que llevo adelante el padre Luis de Santillán.
 
Otra fuente para el estudio de la Universidad de Charcas fue la real resolución de Carlos III, de 15 de febrero de 1785, por la que se otorgó  a la Universidad  todos los honores y privilegios concedidos a la de Salamanca” (14).
Igualmente es interesante realizar el análisis, en la  obra Salmantica docet. En esa obra  se deja claramente reflejada la influencia de la institución salmantina en su homóloga de Charcas.
Los teólogos y filósofos de San Francisco Xavier se formaron lejos de las corrientes filosóficas universales que aquel tiempo era estudiadas y discutidas en importantes centros académicos europeos. Los estudiantes universitarios de Charcas desconocían, los sistemas filosóficos surgidos como consecuencia del gran movimiento cultural e intelectual del Renacimiento.
 
Su filiación al tomismo les impedía compenetrarse con los postulados
de Descartes, Hobbes, Espinoza y Leibniz. Renunciaron  a los conceptos establecidos en el Discurso del Método y otras obras de importancia fundamental.
A esta concepción del mundo, que sostuvo  la razón como un don divino, los jesuitas le agregaron un componente ideológico que entonces vivía la sociedad humana.

El tomismo jesuítico actuó como arma ideológica contra el protestantismo luterano, y, por otro lado, pretendió ser una respuesta a todas las inquietudes religiosas, culturales y políticas que estaban  madurando al abrigo de la Reforma. Precisamente, las doctrinas filosóficas fueron las que enseñaron en las aulas universitarias de San Francisco Xavier, maestros que merecieron el reconocimiento de la sociedad colonial, por su empeño religioso y brillo intelectual.

La Universidad San Francisco Xavier formadora de una elite
revolucionaria.
Al hablar  del Alto Perú y su importancia en la libertad e independencia
de nuestra patria, es de alusión obligada la Universidad San Francisco Xavier, institución que formo algunos de los hombres que  participaron  en el proceso  de independencia.
Conviene mencionar, que en los territorios del Virreinato del Río de la Plata existía la Universidad de Córdoba la más antigua, su trascendencia desde punto de vista académico y curricular, fue menor, por cuanto en ella, sólo se impartían disciplinas relacionadas con la Teología y las Artes, mientras que en Chuquisaca se inauguró la Facultad de Leyes, que fue la que más atrajo  a los estudiantes del Río de la Plata y del Alto Perú.
 
La universidad charquina gozó  de gran influencia, por cuanto Chuquisaca, también fue sede la Real Audiencia y el Arzobispado. A este último se subordinaron los obispados de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Asunción, Tucumán y Buenos Aires, mientras la jurisdicción de la Real Audiencia se extendió de uno a océano, desde el desierto de Atacama hasta el estuario del Plata.
No debe olvidarse, que el prestigio de esta Universidad, atrajo letrados provenientes de distintos lugares de América, muchos de ellos egresados de los colegios San Carlos de Buenos Aires o Montserrat de Córdoba; ciudad donde no se cursaba jurisprudencia, ni se otorgaban grados  de facultad seglar. Los jóvenes elegían a Charcas por su prestigio y por  la ventaja de obtener un título doctoral
Fue tal su fama, que el general Miller, un viajero coetáneo de aquella época la llamó  “la Oxford de América”.
En sus claustros universitarios estudiaron Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, Juan José Castelli, por nombrar sólo algunos del grupo de personajes destacados en nuestra historia.
Sus ideas de libertad, que abrazaron con entusiasmo, estaban influidas por los neo escolásticos hispánicos como Francisco de Vitoria, Juan de Mariana, Luis de Molina, Domingo de Soto, Bartolomé de Carranza, Diego de Covarrubias, Eliscueta otros, y principalmente, por el jesuita Francisco Suárez. En su época este prominente ignaciano sostuvo una célebre e influyente polémica, con el rey Jacobo I, de Escocia e Inglaterra; en un escrito, el padre Suarez sostenía que el poder de los reyes no era una delegación divina, y por lo tanto, debían responder de sus actos, ante sus súbditos. La conclusión práctica de tal doctrina fue la inexistencia del derecho para cuestionar el poder de los monarcas, por más tiránico o inepto que fuese su comportamiento. Al respecto, Francisco Suárez, a comienzos del siglo XVII, fue profesor en las universidades de Salamanca y Coímbra, enseñó que:

“…el poder no pasa de Dios a gobernantes si no es por intermedio
del pueblo. Es éste quien, siendo depositario del poder, lo entrega o
transmite a los hombres que han de gobernar al Estado en un suerte de “contrato” que establece que si esos gobernantes no cumplen su función de ser gerentes del bien común y se transforman en tiranos,
el pueblo tiene derecho a levantarse en contra de ellos para deponerlos, y de reasumir el poder para darlo a otros gobernantes capaces de cumplir su función acertadamente” (15)

En aquel tiempo, estas ideas constituían un germen peligrosamente insurreccional, lo que determinó que el rey Carlos III decidiera la expulsión de los jesuitas de las tierras americanas. Cornelio Saavedra le negó  su apoyo al virrey Cisneros, dejando en  claro que el movimiento libertario es inevitable, utilizando  un argumento marcadamente suareciano: 
“…y no quede duda a Vuestra Excelencia que el pueblo es el que confiere la autoridad o mando”. (15)

Al calor de estas ideas del siglo XVIII, el pensamiento ilustrado que
penetró  con fuerza en las aulas de Chuquisaca, tanto en su versión hispana, según la mentalidad de Feijoo o Jovellanos, por su procedencia francesa, en el que predominó el criticismo racionalista, en especial Diderot y Rousseau.

Inspirados en estas ideas, los alumnos realizaron  juntas secretas a las que concurría un grupo de iniciados para  “fraternizar  entre sí, con el vínculo de la más perfecta unidad de ideas y sentimientos contra la Metrópolis”..(16)
Entonces, tal como hemos afirmado la Revolución iniciada el 25 de mayo de 1809, en la Ciudad de La Plata, sede de la Audiencia de Charcas, tuvo  como epicentro la Universidad de San  Francisco Xavier, por cuanto sus protagonistas, fueron alumnos prominentes, como Jaime Zudáñez, los hermanos Joaquín y Manuel Lemoine, Bernardo Monteagudo, José Mariano Serrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli y otros jóvenes venidos   de Buenos Aires, Cuzco, Córdoba y Lima, quienes decidieron estudiar abogacía en Chuquisaca, uno de los  centros más calificado del continente, la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Xavier, cuyo prestigio, fue  una de las mejores de Hispanoamérica.(16)
 
El periodo jesuítico de la Universidad de San Francisco Xavier de   Chuquisaca.
A fines del siglo XVI, la ciudad de La Plata, otrora villa cuatro veces heroica y leal, la amante de las causas justas, se preció de ser madre de otras ciudades, la sede de un inmenso Obispado, y una Audiencia con jurisdicción de océano a océano. Con motivo  de la llegada de   los miembros de la Compañía de Jesús, una orden nacida con el ímpetu de las utopías humanistas del Renacimiento, presentó en el seno de los  ministerios apostólicos, la novedad del humanismo.
La Compañía de Jesús, no había planteado inicialmente el sostenimiento
de centros educativos, en aquellos tiempos que era casi inexistente la educación pública, poco a poco, fue adquiriendo el monopolio de la educación.
El diseño de los fundadores (San Ignacio y sus compañeros) quisieron dedicarse  al apostolado, los ejercicios espirituales, la predicación, la catequesis, la resolución de conflictos, la práctica sacramental y las obras de misericordia.  Sin embargo las circunstancias y las necesidades en varias poblaciones, empujaron a sus miembros a planificar su labor apostólica, en los términos de la educación impartida, desde la institucionalidad de los colegios.
En ellos, se descubrió  una veta abierta y rica para despertar el desarrollo de todas las  posibilidades humanas, en la educación de la juventud. De esa manera se  creó  un nuevo proyecto pedagógico, que se plasmó en  la Ratio Studiorum.

 “Los jesuitas, apegados a su ideal  pedagógico definido en  la  Ratio Studiorum, enlazaban, simultáneamente, instrucción y educación  en la formación de un estilo y espíritu de vida; precisamente, en el proceso de enseñanza-aprendizaje cuyo objetivo conjugaba, a través del raciocinio lingüístico, conocimientos  y valores, saber y ética, palabra y acción, cultura y buenos modales, a través del ejercicio  de la persuasión por medio la Retórica. Todo aquello fue posible gracias  al sistema administrativo de la Universidad, que fue ejemplo de la capacidad administrativa jesuítica. Sus miembros debieron tener una vida ejemplar, de austeridad y rectitud, celosos del cumplimiento de las normas jesuíticas, la cual daba garantía de respeto y obediencia, como acatamiento a la autoridad y, en suma, garantía de eficiencia en la gestión administrativa, así como en la misión espiritual y educativa la Orden de San Ignacio de Loyola”. (17)
 
Los municipios en Europa solicitaron  la creación de planteles de la Compañía de Jesús,  en cuyos estudios, aparte de la formación religiosa que ofrecieron  profundizar en el humanismo de los autores clásicos, educaron  el espíritu cívico. Esa fama de los jesuitas, determinó que en el Virreinato del Perú, los prelados, los cabildos y vecinos prominentes soliciten centros educativos bajo  la dirección de la Compañía. Aunque la orden llegó  a las Indias con la opción prioritaria de la evangelización a los indígenas, pudieron hacer compatibles sus labores pastorales y educativas en sectores urbanos.
La Compañía de Jesús en Charcas, con presencia de sus colegios en las principales ciudades, la  Universidad en La Plata y sus misiones en Mojos y Chiquitos, constituyen una referencia ineludible a la hora de estudiar el proceso cultural y la evolución de las identidades, en lo que ahora constituye Bolivia. Se puede rastrear y descubrir, tanto en las culturas populares la marcada religiosidad, como la configuración ideológica de las élites, la honda huella  de la labor educativa y  pastoral de los jesuitas. Las aulas de los colegios y de la Universidad formaron  a los individuos –y grupos- que ejercieron un liderazgo intelectual y político.

 ____________________ 
 (12) La Universidad de Lima, hace “mercurio alado” o de “Saulo que va a Damasco”, en medio de gran concurso de gente se presenta ante la Audiencia y lee la provisión del Virrey ante el Oidor semanero, Lic. Antonio Fernández Montiel. Este, sereno pronuncia: “Traslado”, que supone el paso a pleito, el cual duró un año. Ni la cédula del Concejo de indias ni la provisión del Virrey se ejecutan inmediatamente.
 (13) Dubravcic L Antonio; Villa Urioste Sergio, “Destrucción de manuscritos archivados en la Casa de la Libertad  citado  en  http://www.portalchuquisaca.8m.com/novedades/articulo3.htm
 (14) González Rodríguez, María de la Paz  La Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (Alto Perú).  Bibliografía crítica y estado de la cuestión. Estudios de historia social y económica de América - Número 11, 1994 Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones
 (15) Chuquisaca, el fermento revolucionario  www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi99/guerrasincuartel/.../chuquisaca.htm
(16) Abecia V. Ibídem 
(17) Samudio O.E.. “El imaginario jesuítico en la Mérida colonial y republicana”

viernes, 8 de enero de 2016

HISTORIA Y SIMBOLISMO DE LA UNIVERSIDAD DE CHUQUISACA (3)

CAPITULO 3

SÍMBOLOS UNIVERSITARIOS:

EL ESCUDO UNIVERSITARIO
 
El padre Jorge Frías de Herrán, dio a conocer las disposiciones generales del funcionamiento de la universidad en 1624, señaló que  el sello y escudo de la universidad deben tener las siguientes características:

Y por que conviene que aia un sello particular para señalar los títulos de los grados, y para los demás despachos de la Universidad, se hará un sello de acomodada proporción, y tamaño que contenga en sí las armas de la Universidad, las cuales se ande fijar asi mismo sobre la puerta principal de la Universidad, poniendo en la parte superior Jesús (IHS) y a la mano derecha las armas del Rey Nuestro Señor, y a la izquierda las del Señor Patrono de la Universidad (el glorioso Padre San Francisco Xavier, apóstol de las Indias) y en la
parte inferior las de la Ciudad, en la forma que mejor se pueda disponer, y estas mismas se han de dibujar y poner siempre en iluminación o pintura en todos los títulos de los Grados (16).
 El sello que la  Universidad  estampaba en los títulos de bachilleres tenia las siguientes características:
 “La parte superior dividida en dos cuarteles, en el de la derecha las armas de Castilla (dos torres con dos leones rampantes), en la izquierda San Francisco Xavier con una cruz en la mano. En el cuartel inferior el águila de dos cabezas al medio de las columnas de Hércules.(18)

LA BANDERA UNIVERSITARIA.- (19)

Fue creada en fecha 8 de julio del año de mil novecientos cuarenta y cuatro en base a la Resolución aprobada por el Consejo Universitario, que a la letra dice:

Doctor Aniceto Solares.
Rector de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier.

Por cuento el H. Consejo Universitario ha aprobado la siguiente resolución.

CONSIDERANDO:
Que es necesario dotar a la Universidad de San Francisco Xavier, de una Bandera que constituya el símbolo de su tradición;
CONSIDERANDO:
Que el Seminario de San Cristóbal y el Colegio de San Juan Bautista han sido el núcleo sobre el cual se fundó, más tarde la Universidad;
CONSIDERANDO:
Que los estudiantes de dichos establecimientos usaban como Distintivos insignias rojas y azules respectivamente.
SE RESUELVE:
Art. 1º.- La Bandera de la Universidad constará de dos fajas horizontales, una de color rojo y otra azul y en el centro el escudo de la Universidad.
Art.2º.- Se llevará en todas las ceremonias oficiales de la Universidad, junto con la Bandera Nacional.
POR TANTO:
La promulgo para su vigencia.
Dado en el Salón del Rectorado a los ocho días del mes de julio de mil novecientos cuarenta y cuatro

Firmado: Secretario General                                                                      Recto
r
 

HIMNO UNIVERSITARIO
No tenemos más armas en la lucha
que el estudio que enseña a vencer
ni tenemos más fe que en la ciencia
ni tenemos más ley que el saber
En la senda de la luz de la idea
de la ciencia marchemos en pos
y subamos allí donde brilla
el progreso como único sol.
 Levantemos el lábaro augusto
que señala el camino triunfal
que conduce a la meta soñada
donde reina el supremo ideal
 No tenemos más armas en la lucha
que el estudio que enseña a vencer
ni tenemos más fe que en la ciencia
ni tenemos más ley que el saber
 Persigamos el arte que es gloria
persigamos la gloria que el luz
y rasguemos las nieblas que teje
la ignorancia en su denso capuz
 ¡Adelante! la ciencia es victoria
ella lauros nos ha de ceñir
si escalamos la cima gloriosa
nuestro, nuestro será el provenir
 No tenemos más armas en la lucha
que el estudio que enseña a vencer
ni tenemos más fe que en la ciencia
ni tenemos más ley que el saber
 (Documento elaborado en 1909 con letra de Jorge S. Mendieta,
Música de Alfredo Jáuregui Rosquellas
(Archivo de la Casa de la Libertad)
 

Patrono de la Universidad San Francisco Xavier (20) 
En el año de 1624, los jesuitas visionarios decidieron fundar una Casa Superior de Estudios, en un lugar equidistante entre las ciudades de Lima al norte y Buenos Aires por el  sur.
Posiblemente su duda fue bastante grande para asignar  un nombre a la nueva  Casa de Estudios, y fijaron la mirada en el fundador de su orden religiosa: Ignacio de Loyola, allí encontraron a un clérigo, co-fundador de la compañía de Jesús, constituyendo su nombre  el adecuado: Francisco Xavier.
Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznares de Javier,  nació el 7 de abril del año 1506, en el Reino de Navarra, donde su padre se  desempeñaba como presidente del Real Consejo de los Reyes de Navarra. En esa ciudad conoció a quien fue posteriormente  su íntimo amigo y tiempo después fundador de la orden jesuita, Ignacio de Loyola, y de esa manera tuvo origen el nacimiento de la idea de la creación de la Compañía de Jesús. Sus hermanos mayores Miguel de Javier y Juan de Azpilicueta, participaron en la guerra entre Navarra y Castilla,  su casa fue destruida por haber sido centro de las reuniones de resistencia

Fig. 5 San Francisco Xavier7 de abril 1506 (España) 3 de diciembre 1552 (China)
En 1534 Francisco Xavier, terminó   los estudios e inmediatamente se dedicó a la caridad, viajó a la  tierra prometida donde cumplió un voto de castidad. Unos años después volvió a reunirse  con Ignacio de Loyola, ambos visitaron  al Papa Paulo III, con el objeto de solicitar la autorización para la fundación de  la orden. Francisco Xavier falleció a la edad de 46 años, en China, un 3 de diciembre del año 1522.

El edificio
En los inicios, el Colegio del Apóstol Santiago de La Plata, sufrió escasez de recursos económicos, pero poco a poco, gracias a que los jesuitas supieron aprovechar las donaciones de los benefactores, compraron los solares adjuntos a la capilla y a antigua casona, ubicadas en la manzana noroeste de la plaza de armas. Casi toda la cuadra, salvo el edificio del Cabildo Secular, quedó en manos de la Compañía.
La Construcción del templo, de planta de cruz latina, fue concluido en 1617 cubierto con el alfarje mudéjar y adornado con cuatro retablos dorados, (con pinturas del pincel del célebre H. Bernardo Bitti). En la Pascua de 1620, fue consagrado al Señor Santiago Apóstol
Ese mismo año se inició la construcción de la torre para colocar el reloj de la ciudad. Posteriormente, se anexó al templo grande, una capilla cubierta de bóvedas para la Congregación, que hoy se conoce como la capilla de Loreto o de los Oidores.
Se menciona también, que la Cofradía de los indios contó para el uso de sus cofrades de una capilla “grande y capaz” con cubierta de bóveda, ubicada perpendicularmente al templo de Santiago. Se construyó a principios del siglo XVII, posteriormente, entre los años 1660 y 1662 se realizaron trabajos de refacción.
En 1630, la comunidad contó con la presencia del polifacético padre Francisco Castells, quien fue un maestro en la Arquitectura (21), inició la construcción de dos lados del patio principal, construcción que guarda armónicamente la proporción aurea, con arquerías, con columnas toscanas labradas en piedra arenisca en el primer cuerpo, en el segundo con el doble de arcos sobre un parapeto y con columnas de orden jónico.
Lastimosamente las dificultades económicas de la comunidad no permitieron la terminación del claustro hasta el año 1664.
Gracias a la munificencia de los arzobispos don Bartolomé González de Poveda y de don Juan de Queipo del Llano y Valdez se construyó un nuevo edificio destinado exclusivamente para la Universidad,(22) hoy se conoce como “Casa de la Libertad” donde se firmó el 6 de Agosto de 1825 el Acta de la Independencia de Bolivia.
La construcción, contaba, con una portada barroca ubicada hacia la Plaza de Armas. Por testimonios, se conoce que el edificio era de dos cuerpos, con columnas pareadas, más tarde y a mediados del siglo XIX fue reemplazada por una fachada de estilo académico posteriormente, a mediados del siglo XX, los primeros archivos fotográficos de Sucre, dan cuenta que se reemplazó por una fachada que recuerda la barroca original.
El resto del edificio guarda sus características originales. Por un amplio zaguán se ingresaba al claustro de una sola planta con arcadas - iguales a las del primer cuerpo del patio principal del colegio- sostenidas sobre columnas toscanas (23)
Alrededor del claustro se distribuían las aulas que en un momento albergaron las cátedras, el archivo, el museo, y la capilla que fungía como aula magna, es conocida en la actualidad, como Salón de la Independencia y conserva su antiguo esplendor decorativo, consta de una sillería tallada en cedro con policromía y ribetes dorados, dos púlpitos tallados dorados y una hermosa tribuna regia tallada y dorada donde otrora, en los actos solemnes de la Universidad, se ubicaba el Real Acuerdo de la Audiencia
El complejo del Colegio contaba con un claustro y su capilla, destinado como casa de retiros.

De los patios de distribución doméstica, han quedado pocos vestigios, debido a las edificaciones añadidas en los siglos posteriores, ya en ausencia de la Compañía.
 

Fig.6 Capilla doméstica de los jesuitas, hoy Salón Independencia Casa de la Libertad
Fuente: Publicación de la Casa de la Libertad. Sucre Bolivia
Personajes ilustres en el quehacer universitario de Charcas.

Juan de Frías Herrán S.J. 
(24)
 
Fig. 8 R.P. Juan Frías de Herrán S.J. (lienzo pintado por Luís Bayá) 
Paraninfo Universitario. U.M.R.P.S.F.X. (Sucre – Bolivia)
Nacido en la localidad española de Medina del Campo. En 1563, ingresó al noviciado en su ciudad natal. En 1585 fue destinado a Lima,  en el Virreinato del Perú; completando  sus estudios,  se ordenó de sacerdote. En 1594, fue nombrado  primer Rector del Seminario de San Luis, cargo que desempeñó hasta 1600, posteriormente fue transferido  a Chile, como Rector del Colegio de Santiago.
Desde 1620 y hasta 1626 fue designado Provincial y calificador de la Inquisición en el Perú. Durante el tiempo que fue Provincial, se ocupó principalmente del mantenimiento y creación de colegios. Los colegios de San Bernardo y San Francisco de Borja en el Cuzco, fueron fundados por él.
La instrucción pública fue siempre su gran preocupación. Reunió una Congregación provincial en Lima en 1624; como provincial fue trasladó al colegio en Arequipa, desempeñó las funciones Rector desde 1632, hasta 1634. Fue trasferido a Charcas. Fundó en La Plata los Colegios de Santiago (1621) y de San Juan Bautista (1623). El primero sería convertido en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, apoyado en el Breve In Supereminineti de Gregorio V (1621), aceptado por cédulas de Felipe V (1622), de los virreyes Francisco de Borja (1621), Fernández de Córdova (1623) y de la Real Audiencia de Charcas (1623), mediante las cuales, los colegios jesuíticos podían otorgar títulos académicos.
En 1626, el padre Juan Frías de Herrán, fue transferido a Arequipa, donde falleció en 1634. (25)

Luis de Santillán S.J.
Nació en Lima Perú en 1540. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1599; fue destinado a Santiago de Chile como profesor de filosofía. Posteriormente transferido a la viceprovincia del Nuevo Reino de Granada en la región de Tunja en Colombia.
La viceprovincia neogranadina, separada en 1605 de la provincia del Perú por la dificultad de ser atendida desde Lima.
El padre Santillán fue elegido procurador de la congregación (1610), con el encargo de solicitar al padre general Claudio Aquaviva, que elevase al rango de la provincia.
El padre Santillán fue Rector del colegio de Santa Fe de Bogotá, entre 1612 a 1618. En respuesta a su petición al General Mucio Vitelleschi, para ser trasladado del Perú, a Potosí con el objeto de arreglar asuntos familiares, fue enviado a Chuquisaca, donde fue Rector del colegio San Juan Bautista y primer Rector de la recién fundada Universidad de San Francisco Xavier (1620 –1627)
Desempeñando el cargo de Provincial en Nueva Granada, (1627 1632) incrementó los ministerios entre negros e indios, ordenó a los estudiantes jesuitas aprender lenguas indígenas, como requisito previo a la ordenación. Acabado su mandato retornó a Lima, donde falleció el 3 de junio de 1654.

Arzobispo Cristóbal de Castilla y Zamora
Nació en la población española de Lucena, el 13 de octubre de 1615.
Realizó sus estudios en el Colegio Real de San Miguel de la Universidad de Granada, doctorándose en Derecho, se recibió de Abogado en la Cancillería de Granada. Fue nombrado Rector del Colegio Imperial y también de la misma Universidad.
En 1656 fue designado primero Fiscal, e Inquisidor del Perú. En el año 1663 desempeñó el cargo de obispo de Huamanga (Perú). Su actividad fue decisiva para la consolidación de la Diócesis. En 1677 el Rey le designó Arzobispo de La Plata, tomó posesión de ese cargo en 1679. Se preocupó por el Seminario, comprando terrenos de la Catedral para construir un nuevo edificio.
Se dedicó a la actividad universitaria y cultural, una de sus primeras tareas fue incorporar su título en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca (29-VII- 1679). Fundó las tres cátedras de Vísperas, Prima de Cánones e Instituta de Leyes que significó el inicio de los estudios jurídicos en Charcas.
En un documento manifestó su última voluntad, dejó por albacea a Francisco de Zamora Montenegro, cura de Potosí, fue uno de los dos sobrinos sacerdotes que trajo en su viaje a Charcas. Falleció el 7 de diciembre de 1683, en la hacienda de Cachimayo, está enterrado en la Catedral Metropolitana de la ciudad de La Plata, hoy Sucre.

Juan José de Segovia Liendo.
Nació en Tacna el año de 1728, desde sus ocho años de edad vivió y se educó en Chuquisaca. Fue estudiante en el Colegio San Juan Bautista, cursó estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de San Francisco Xavier. Se recibió de abogado el 3 de junio de 1753. Fue Relator interino de la Audiencia de Charcas en el año de 1757; posteriormente, nombrado titular en 1771. (27)
Ocupo el cargo de Examinador Sinodal del Arzobispado (1764) y de Auditor de Guerra en la expedición a Mojos.
Participó activamente en tres acontecimientos históricos de trascendental importancia: las sublevaciones indígenas de 1780, la rebelión mestiza de 1785 y los hechos inmediatamente anteriores a la revolución del 25 de mayo de 1809.
La ausencia  del Tomismo Jesuítico, en las Aulas Universitarias, configuró  un modo diferente de pensar, Segovia manifestó:
El indio, si se mira como hombre, parece desdecir de la excelencia de la racionalidad la corta comprensión de su espíritu, pero al mismo tiempo se advierte en él una malicia muy adelantada con muchas prevenciones para su propia comodidad: por lo que se puede escribir que si no es el animal de Platón, es en el cuerpo, feo, en el ánimo, zorra; en el vestido, ridículo; en las costumbres, bárbaro; en la mesa, ebrio; en la hermosura, demonio; en la conversación, mudo; en los secretos infiel; en la ciencia, agorero; en la fidelidad, falaz; en la religión, supersticioso; en el matrimonio, señor; y en fin, son hombres que se mantienen de cuclillas todo el día (28)

En lo académico, fue Catedrático interino en 1760 y luego en 1764 titular en la materia de Víspera de Cánones.
Contrajo nupcias con Manuela del Risco y Agorreta, el 8 de febrero de 1774 en la iglesia de Santo Domingo de la Villa de La Plata. (29)
Cuando ocurrió la sublevación general indígena (1780 – 1782) Segovia fue nombrado Coronel del batallón de abogados y de practicantes juristas de Chuquisaca, demostrando su antipatía a esos levantamientos.
Fue Rector de la Universidad de San Francisco Xavier, elegido el 10 de diciembre de 1785, posteriormente fue despojado del cargo, como consecuencia de pésimos manejos del Fiscal Real: Domingo Arnáiz de las
Revillas y del Arcediano de la Catedral Gregorio Olaso, el Virrey Marqués de Loreto dispuso la prisión de Segovia, quien fue remitido a Buenos Aires con escolta de soldados, previo embargo de sus bienes y documentos.
Luego de cumplir su prisión en la capital del Virreinato del Rio de la Plata, mediante defensa legal, recuperó su libertad, después de cinco años de ausencia, retornó a La Plata, en diciembre de 1790 fue aclamado Rector en 1791, siendo reelecto en dos oportunidades. Falleció en la ciudad de La Plata (hoy Sucre) el 7 de abril de 1809, sus restos mortales descansan en la cripta de la Iglesia de San Francisco. 
(30)

José Antonio de San Alberto. (31)
Nacido en el Fresno, provincia de Aragón el 17 de febrero de 1727. Hijo del doctor en medicina Agustín Campo e Isabel Julián, al ingresar a la orden de los carmelitas descalzos cambió el apellido paterno por San
Alberto, en honor al santo reformador de dicha orden. Ingresó al convento de San José de Zaragoza donde se doctoró en teología y leyes.
El rey Carlos III en 1778 le designo arzobispado de Córdoba llegó al virreinato del Río de La Plata el 28 de abril de 1780. 
 Su principal interés fue difundir la educación en su extensa diócesis, siendo prosector de Domingo Faustino Sarmiento.
Gracias a su fecunda labor, fue ascendido en 1785 al cargo de Arzobispo de Charcas. En 1786, ocupo el cargo de Rector de la Universidad de San Francisco Xavier.
Dentro de sus importantes aportes pedagógicos, destacó en 1797, la fundación del Oratorio de San Felipe Neri de La Plata.
Falleció en la ciudad de La Plata el 25 de marzo de 1804.
Una calle en la ciudad de Sucre y también otra en Buenos Aires llevan el nombre “Obispo José Antonio de San Alberto” en homenaje a su labor.

La Jurisprudencia
En el año de 1681 el Arzobispo Cristóbal Castilla determinó fundar en la universidad tres cátedras: dos de Cánones y una de Instituta, dotándolas con 600 pesos a la de Prima de Cánones, y a la de Víspera e Instituta con 350 pesos.
Eso fue financiado con el alquiler del Palacio Arzobispal que había hecho a su costa, y con unos locales anexos ubicados en la esquina a la plaza, propiedad de la Iglesia, y convertidos en tiendas.
El Cabildo aprobó el proyecto del Arzobispo, remitido luego a don Melchor Navarro y Rocafault, Virrey del Perú.
_____________________
(18) Abecia V. Ibídem(19) Torres N. B Nuestra historia de la Universidad Rectores (1624-2012) USFX Publicaciones, Sucre
(20)  Ledezma Pedro Hagiografía de San Francisco Xavier y Jassu. Comité Editorial UMRPSFXCH 2009
(21) El P. Francisco Castells tenía entonces alrededor de cuarenta años, ocupaba la cátedra de humanidades y se destacaba por sus múltiples talentos. Dominaba el catalán, el castellano, el portugués, el toscano, el latín, el griego, el hebreo, el quichua, el Aymara y el guaraní. Era pintor, escultor, dibujante, arquitecto, bordador, carpintero, tornero, platero y herrero. También era poeta, componía versos. Había destacado en Lima en la cátedra de Sagrada Escritura. Hizo preciosas imágenes y retablos y también relicarios. Partió más tarde a la misión de los Chiriguanos. Castells murió en Santa Cruz de la Sierra el 27 de Abril de 1644 víctima de fiebres palúdicas.
(22) Abecia Historia de Chuquisaca. Edit. Charca Sucre 1939
(23)  Publicación: “Casa de la Libertad” D.L. 3-1-402-06 Sucre febrero 2006
(24) Barnadas Josep M. Diccionario histórico de Bolivia T.I pág. 886
(25) Barnadas Josep Ibídem
(26) Barnadas Josep M. Castilla y Zamora Pbro, Cristóbal Diccionario Histórico de Bolivia Sucre 2002 pág. 472
( 27) Barnadas J. Diccionario histórico de Bolivia pág. 886 Sucre

(28) Loayza V.J. Segovia J.J., La universidad de Charcas. Pág. 12; Imprenta Universitaria Sucre 1998
(29) Gantier Valda Joaquín “Juan José de Segovia” Imprenta Qori Llama Sucre, 1989
(30) Loayza V.J. La Universidad de Charcas Sucre 1998 pág. 6
(31) San Alberto, J. A. (1786) Colección de Instrucciones Pastorales. Madrid: Imprenta Real. 2 v.