sábado, 7 de noviembre de 2015

Andres VESALIO

Andrés Vesalio ó Andreas Vesalius (Andries Van Wesel)
 
 Nació el 31 de diciembre de 1514 en Bruselas, que formaba parte del Sacro Imperio RomanoGermánico (actual Bélgica)

 Recibió su primera educación en Bruselas y Lovaina donde, entre otras materias, aprendió latín, griego, árabe y hebreo. Parece que admiró desde pequeño la obra biológica de Alberto Magno y también tuvo cierta tenencia a la disección de animales.
  
A los dieciocho años se trasladó a París para estudiar medicina. Allí permaneció durante tres años (1533-1536) en un ambiente en el que prevalecía el galenismo. La enseñanza de la anatomía corría a cargo de Jacobo Silvio y Günther von Andernach.

En Lovaina realizó disecciones y publicó su primera obra: Paraphrasis in nonum librum Rhazae ad Almansorem que se editó en Basilea (1537). En ella compara la terapéutica galénica con la árabe, inclinándose por la primera pero intentando salvar en lo posible la reputación de Rhazes. Marchó después a Italia. Pasó primero por Venecia, donde conoció a su futuro colaborador y discípulo de Tiziano Jan Stefan Calcar, y fue después a Padua, que era la ciudad universitaria de la República Véneta, para inscribirse en su escuela médica.

En Padua realizó su prueba doctoral el 5 de diciembre de 1537 y al día siguiente fue nombrado Explicator chirurgiae o profesor de cirugía con la responsabilidad de explicar cirugía y anatomía. A los pocos días ya había llamado la atención. ¿Por qué? Vesalio rompió con el método didáctico medieval: abandonó la cátedra para bajar y situarse junto al cadáver, disecando y mostrando por sí mismo la parte a la que la explicación se refería. Completaba además con dibujos lo que en el cadáver era difícil de observar. Esto, aunque hoy nos perezca raro, supuso un cambio importante; tanto que tuvo un gran éxito entre sus colegas docentes y entre los estudiantes. Tuvo que editar sus propios dibujos junto con otros que encargó a Calcar, porque le sustrajeron uno de los que usaba habitualmente y con el fin de proteger la autoría. Este fue el origen de las Tabulae anatomicae Sex (Venecia, 1538). Las tres láminas osteológicas son de Kalkar, las tres viscerales (hígado, porta y genitales; hígado y cava; corazón y aorta) son del propio Vesalio. Aunque sigue siendo galénico, el cambio que esto significó en la ilustración anatómica fue enorme. Hay que tener en cuenta que, aunque hoy resulte inaudito, los tratados de anatomía de entonces no solían contener ningún tipo de ilustraciones. Algunos suelen referirse a las láminas de Leonardo da Vinci, mucho más conocidas entre el público actual que las de Vesalio. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en ese momento las láminas permanecían inéditas.
En 1538 Vesalio publicó una revisión de las Instituciones Anatomicae de su maestro von Andernach, es decir, un manual de disección para sus estudiantes. En 1539 con el fin de aportar claridad a una polémica sobre la sangría en las afecciones neumónicas monolaterales, el médico de Carlos V, Nicolás Florena, encargó a Vesalio un exploración disectiva del sistema venoso endotorácico. Descubrió así la vena azigos mayor y su desembocadura en la vena cava superior (si seguimos la idea galénica de la circulación de la sangre sería el origen y no el final).  Publicó los resultados ese mismo año (Epistola docens venam axillarem dextri cubiti in dolre laterali secandam) y también aceptó el encargo de la Giunta, una afamada casa editorial veneciana, para revisar la edición latina de varios escritos anatómicos de Galeno. Como se puede apreciar, nos encontramos con una de las características del Renacimiento: revisar y corregir. Concluyó el trabajo apenas un año después.
Todas estas actividades fueron muy apreciadas por el claustro de profesores y por los estudiantes. En el documento oficial que prorroga el nombramiento de V
esalio se dice claramente que “había suscitado gran admiración entre todos los estudiantes”.
Fuentes:

http://www.historiadelamedicina.org/vesalio.html
http://www.ujaen.es/investiga/cts380/historia/la_medicina_del_renacimiento.htm
http://www.gratislibros.com.ar/textos2/historia-de-la-ciencia-renacimiento-vesalio-paracelso-gilbert-innovadores.html

MAIMONIDES  (Moshé ben Maimón )  
en hebreo: משה בן מימון
 Córdoba, (Al-Ándalus) 1135 -  Fustat, (Egipto) 1204

ANDALUS, es decir, Córdoba, el 30 de marzo de 1135, en el seno de una distinguida familia de jueces rabínicos, estudiosos y dirigentes comunitarios, documentada desde el siglo X y que pretendía descender del Rabí Yehudá ha-Nasí, de la (segunda mitad del siglo II), redactor de la Misná. Su familia materna, por el contrario, era de humilde condición; su madre era la hija de un carnicero que murió al darle a luz, y su padre se volvió a casar. Era este un erudito formado en Lucena por Rabí Yosef ha-Leví ibn Migas. Inició ya de pequeño sus estudios bíblicos y talmúdicos en la ciudad de Córdoba, pero en 1148 una ola de fanatismo almohade hizo que su familia tuviera que aparentar su conversión al Islam y cambiar a menudo de residencia por la España musulmana. Vivió en la ciudad de Almería, donde dio cobijo en su casa a su maestro Averroes, hasta trasladarse en 1160 con sus hijos a Fez. Allí residió durante sólo cinco años, debido a la intolerancia almohade que les obligó a exiliarse, primero durante unos meses, en Palestina y finalmente en Egipto.
 Maimónides residió allí el resto de su vida junto a su familia, en la ciudad de Alejandría y después en Fustat (hoy El Cairo, Egipto), ganándose la vida ejerciendo la medicina en la corte del visir Saladino y luego, en la del visir al-Fadl, hijo mayor de Saladino. Con este oficio obtuvo una gran fama y admiración popular. En 1177 fue nombrado dirigente de la comunidad judía de Egipto. Murió en Al-Fustat el 13 de diciembre de 1204. Posteriormente su tumba fue trasladada a Tiberíades, en Israel. Su fama en la cultura europea se debe a su obra filosófica. Aunque ésta fuera muy discutida por el judaísmo, entre otras razones por su fuerte oposición al misticismo de los cabalistas y su influencia aristotélica, se le considera la mayor figura posbíblica (según el proverbio "De Moisés a Moisés no hubo otro Moisés"). En ciertos ámbitos más conservadores se le llegó a considerar hereje de su religión, manteniendo a lo largo de su vida confrontaciones religiosas con judíos y, en especial, hubo una fuerte oposición contra la secta de los caraítas. Fue muy conocido por sus coetáneos como médico, dejando una importante huella en la tradición popular que muestra a Maimónides, sobre todo, como un médico a quien se atribuyen milagros que le alaban al nivel de santo, un sabio juez y un rabino, que como un pensador y filósofo.

viernes, 6 de noviembre de 2015

CLAUDIUS GALENO


    Nacido en Pérgamo (Asia Menor) alrededor del año 130. Hijo de Nikón, un
arquitecto – terrateniente que le hizo frecuentar las escuelas filosóficas (estoicos, platónicos, peripatéticos y epicúreos), a la vez que le iniciaba en la severa ética estoica.
 Su padre, influenciado por un “sueño revelador” de Asclepio , le hizo estudiar medicina (“hombre religioso”). Recorre el oriente del Mediterráneo, formándose en diversas escuelas, entre ellas la de Alejandría.
 Ejerció en Pérgamo y ciudades vecinas; fue nombrado médico de gladiadores, lo que le permitió aplicar nuevas técnicas (porque no eran importantes ni conocidos)
  Hacia el 162 Pérgamo se conmociona por la guerra contra los partos. Galeno embarca con destino a Roma. Participa en las discusiones del “Templo de la Paz”, sus éxitos profesionales le abren las puertas de la clientela romana. 
Ejerció en Pérgamo y ciudades vecinas; fue nombrado médico de gladiadores, lo que le permitió aplicar nuevas técnicas (porque no eran importantes ni conocidos)
 Hacia el 162 Pérgamo se conmociona por la guerra contra los partos. Galeno embarca con destino a Roma. Participa en las discusiones del “Templo de la Paz”, sus éxitos profesionales le abren las puertas de la clientela romana. Sus polémicas con los médicos asentados en Roma, la pacificación de Asia Menor y el nombramiento de su protector como cónsul en Palestina, le hacen salir de Roma en 165, posiblemente volvió a Pérgamo y viajó por Palestina (como médico de familia)
 En 168 los emperadores Marco Aurelio y Lucio Vero lo llaman para que se una a ellos en sus cuarteles de invierno, en Aquilea: una epidemia le hará volver al ejército de Roma. Marco Aurelio le nombra médico de su hijo, Comodo, pasando a ser médico de la corte imperial. En 177 sería nombrado médico personal de Marco Aurelio, extendiéndose su fama de Iberia a Asia.
 Tras la muerte de Marco Aurelio (180) y el turbulento reinado de Comodo, asesinado en 193, la existencia de Galeno en Roma se complica. En 191 había perdido casi la totalidad de sus escritos filosóficos en un incendio acaecido en el “Templo de la Paz”.
 Muere hacia 200 / 203. Su obra vivió cerrada al contacto latino, nunca “impurificó” los saberes griegos, los fijó y los cerró definitivamente. Su gran mérito fue la transmisión de la terapéutica griega más que su trabajo de creación. Su obra, de temática variada (retórica, filosofía, filología) asciende a 83 títulos; 21 de los cuales están dedicados a la terapéutica

HYGEIA

En la mitología griega HYGEIA (en griego antiguo Υγιεία Hygieía o Υγεία Hygeía, ‘salud’), hija de Asclepio, hermana de Yaso y Panacea, era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna), mientras que su padre estaba relacionado con la medicina. De su nombre deriva la palabra «higiene». Su equivalente en la mitología romana era Salus.


Adquirió significado propio alrededor del siglo V a. C., pues hasta entonces era un epíteto más de Atenea.
 Aunque Higía había sido objeto de un culto local desde al menos el siglo VII a. C., no empezó a ser conocida fuera de éste hasta que el Oráculo de Delfos la reconoció tras las plagas que devastaron Atenas en
los años 429 y 427 a. C y Roma en el 293 a. C. Su templos principales estaban en EpidauroCorintoCos y Pérgamo.


Pausanias señaló que en el asclepión de Titane en Sición (fundado por Alexanor, nieto de Asclepio) las estatuas de Higía se cubrían con cabellos de mujeres y prendas de vestir babilónicas. Según algunas inscripciones, estas mismas ofrendas eran realizadas en Paros.Arifrón de Sición, un artista sicionio del siglo IV a. C., escribió un famoso himno en honor de Higía. Artistas como EscopasBriaxis y Timoteo, entre otros, esculpieron estatuas de la diosa.
 Se la solía representar como una mujer joven alimentando una gran serpiente enroscada en torno a su cuerpo. A veces, la serpiente bebía de un reciente que portaba Higía. Estos atributos fueron adoptados más tarde por la diosa de la curación galo-romana, Sirona. A veces era acompañada por su hermano, Telesforo.

BASTON DE ESCULAPIO

Otro símbolo semejante al caduceo es la vara de Esculapio, o sea una vara de ciprés con una serpiente enroscada. Este emblema apareció unos 800 años a de J. C., en tiempos de Homero. Según la mitología, Esculapio era hijo de Apolo y de Coronis; ésta era hija de Flegias, rey de Tesalia.

Existe una leyenda en la que, encolerizado Apolo porque Coronis estaba enamorada del hijo de Eratos, cuando nació su hijo (por cesárea) lo dejó abandonado en el Monte Titón, donde fue amamantado por una cabra. Un pastor encontró al niño y lo entregó al cuidado del centauro Girón, quien le enseñó la medicina.

A este dios de la Medicina los griegos le llamaban Asklepios,(significa "incesantemente benévolo") y los romanos Aesculapius (Esculapio). Esculapio acompañó al héroe Jasón, jefe de la expedición de los argonautas que iban en busca del vellocino de oro.
Esculapio existió realmente en Tesalia, y era un médico de gran fama. Después de su muerte fue deificado y entonces empezaron las leyendas, siendo venerado en Atenas y Corinto, y en Pergamo, ciudad donde nació Galeno.

Según otra leyenda, Esculapio estaba asistiendo a Glauco, cuando bruscamente cayó éste mortalmente herido por un rayo. Apareció en la habitación una serpiente y Esculapio la mató con su bastón; otra serpiente entró y revivió a la primera, metiéndole unas hierbas en la boca. Con estas mismas hierbas, se dice que Esculapio logró resucitar a Glauco.

A ruegos de Plutón, dios de los infiernos, Júpiter hizo morir a Esculapio porque éste curaba los enfermos y resucitaba los muertos, y el infierno se quedaba desierto. Por solicitud de Apolo, Esculapio quedó inmortalizado, permaneciendo entre las estrellas en el cielo.

No se sabe con certeza si en tiempos de Homero se consideraba a Esculapio ya como un dios o sólo como un médico que lograba curaciones asombrosas. En La Ilíada se le representa como aristócrata, caudillo y médico; sus hijos Macaón y Podalirio participaron en el sitio de Troya como médicos y militares. Según la leyenda, Esculapio nació en Epidauro, pero también se le considera hijo de divinidades solares, como su padre Apolo cuyos rayos ejercían una acción bienhechora sobre el cuerpo.

Esculapio tuvo por esposa a Epiona "la dulce" y varias hijos: tres hijos: Godalirio, Machaon (médicos que aparecen en La Illiada) y Telesforo, y cuatro hijas: Hygia, que es la preservadora de la salud (de la que deriva el término Higiene), Panaqueia, que era farmacéutica (Panacea, "la que todo lo cura"), Egle, que era partera y oculista, y Laso que era enfermera.

Los templos dedicados a Esculapio se llamaban asclepiones. El famoso Santuario de Epidauro (Peloponeso) fue probablemente el primer asclepión. Tenía uno de los mayores teatros del mundo antiguo; allí los enfermos encontraban por lo menos alivio mental.

Los enfermos que visitaban el santuario de Esculapio, que tardó varias generaciones en construirse, solían llegar de muy lejos. Los peregrinos tenían la esperanza de que el dios médico les curaría mientras dormían. El templo estaba conformado por tres terrazas estructuradas en niveles y a las que se llegaban por grandes escalinatas. En la terraza más baja se abrían numerosos pozos en donde se practicaban abluciones rituales. En la terraza central, los peregrinos ofrecían sacrificios al dios. En ella se hallaba también el Tesauro o tesoro del templo. Cada persona que obtenía la ayuda del dios debía hacer una donación; es decir, debía pagar honorarios. La tercera terraza, a la que se llegaba por una majestuosa escalinata, era la más alta. Estaba rodeada por tres de sus lados con salones columnarios. En este abatón se llevaba a cabo el llamado sueño terapéutico, la "incubación". Todo este servicio, era proporcionado por sacerdotes que disponían a los enfermos en las salas donde se hallaban dispuestas camas en las que se producían las curaciones mientras dormían.

El único documento que describe las actividades nocturnas, que acaecían durante el sueño terapéutico, es un fragmento de una comedia escrita por Aristófanes. En ella, un esclavo inculto describe los hechos de la siguiente manera: "Al anochecer los enfermos se acuestan en las camas de reposo (gr. cline; de donde proviene el término clínico). Los siervos del templo (gr. therapeutes) apagan la luz y piden silencio. Un sacerdote da entonces una vuelta para recoger el pan de oblación de los altares. Después aparece el dios escoltado por sus dos hijas y un esclavo. Va de cama en cama para examinar a los enfermos y mezcla ungüentos y jarabes".
Actualmente se considera que las causas psicosomáticas de muchas enfermedades, la disposición y la fe de los que buscaban auxilio, así como la irradiación del lugar desempeñaron un papel decisivo en el éxito que alcanzaron las curaciones en el templo bajo la protección de Esculapio.

El culto a Esculapio pasó a Roma en los primeros años del siglo III a de J. C. Las fiestas que celebraban los romanos en su honor se llamaban Esculapias.

A Esculapio se le representa como un hombre de edad madura, barbudo, de mirada serena y con abundante cabellera que recoge con una diadema. Casi siempre aparece vistiendo un manto que deja al descubierto el brazo derecho y el busto. Sus atributos son la copa con la bebida salutífera, el báculo con la serpiente enroscada -signo de adivinación entre los griegos- y un perro en recuerdo del que llevaba consigo el pastor Arestanas, quien recogió a Esculapio en el monte Titón.

En 293 a de J. C. se desarrolló una grave epidemia en Roma; desesperados sus gobernantes consultaron con los oráculos de Sibilina, y éstos aconsejaron que trajesen a Esculapio de Epidauro. A tal fin le enviaron una galera, la cual regresó trayendo a bordo una serpiente sagrada. Cuando la embarcación entró en aguas del Tiber, acercándose a la “Isola Tiberina” de Roma, la serpiente saltó a tierra y la epidemia cesó inmediatamente. Como prueba de gratitud los romanos construyeron un barco de piedra, al sur de la isla. En la proa de la nave se ven las figuras de Esculapio y la serpiente, y el mástil está representado por un obelisco. En dicha isla se halla hoy la iglesia de San Bartolomé y el Hospital de San Juan de Dios.

Las serpientes representadas en los símbolos de Esculapio corresponden al género Coluber longissimus, de color amarillo y negro y de uno a dos metros de largo. Estos ofidios aún se encuentran en las ruinas de los templos romanos del Sur de Europa. Es improbable, como dice la literatura antigua, que las serpientes chuparan las heridas de los pacientes, pero según los sacerdotes de Epidauro, bajo su influjo se conseguían curas milagrosas.

Aunque ninguna de las estatuas de Esculapio son originales, existen muchas reproducciones por Fidias y Mirón. Algunas de ellas pueden admirarse en la galería de los Oficios (Florencia), el Louvre de París, y los museos de Dresden, Letrán y Nápoles..
 Actualmente la vara de Esculapio sirve de emblema del cuerpo médico del ejército en Gran Bretaña, Alemania, Suecia, Francia, México y Filipinas. En 1818, los Estados Unidos también incluyeron este símbolo en las insignias del cuerpo de Sanidad Militar; las fuerzas aéreas lo adoptaron en 1957. En 1912 la American Medical Association adoptó el símbolo de Esculapio como emblema oficial de esta organización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo usa desde su fundación en 1947.


martes, 3 de noviembre de 2015

HIPOCRATES

Hipócrates nació en el siglo V a.C. en la isla de Quíos, y es considerado el padre de la medicina moderna occidental, gracias a sus aportes fundamentales y por haber fundado la escuela que lleva su nombre.   
  Hijo de Heráclides, también médico, y de Praxitela, nació cerca del año 460 a. C. en la isla de Cos (Quíos) y comenzó sus estudios en el terreno de la medicina a la temprana edad de los 13 años en su ciudad natal. Un tiempo después, decidió marcharse hacia Egipto para terminar su formación.
   Este pionero en la medicina occidental, tuvo como mérito fundamental el de desarrollar un sistema basado en la observación y la experiencia para el estudio de las enfermedades, atribuyendo las causas de las mismas a fenómenos meramente naturales y no a intervenciones de los dioses como se creía hasta ese entonces.  
 Hipócrates implementó que el mantenimiento de la salud depende exclusivamente de la dieta y la higiene (ideas que persisten hasta la actualidad).
Según Hipócrates, el cuerpo humano es una suerte de asociación de los cuatro humores: flema (agua), bilis amarilla (fuego), bilis negra (tierra), y sangre (aire). En caso de que se pierda el equilibrio de las mismas, la enfermedad se desarrollará instantáneamente.
Ante alguna anomalía, el padre de la medicina creía que era correspondiente seguir al paciente paso a paso, mediante un tratamiento que tendría que ser lo más simple, estéril y apacible en el caso en que esto fuera posible. Según lo describen sus discípulos,Hipócrates únicamente utilizaba agua limpia o vino para sanar las heridas, a pesar que siempre recomendaba el tratamiento en “seco”.
En caso de dolencias simples, como por ejemplo las fracturas, Hipócrates recomendaba estirar el esqueleto y ejercer presión sobre el área afectada. Es por eso que el médico desarrolló el famoso "Banco hipocrático", muy similar a un dispositivo de tortura que se utilizó con fines meramente medicinales.

Entre sus obras se destaca el "Juramento hipocrático", en el que Hipócrates establece una política ética profesional, en la que señala, entre otras cosas, que el médico debe ser honesto, comprensivo y serio en su trabajo. A pesar de que el juramento no se utiliza en su forma original, es considerado la base de las leyes que definen las buenas prácticas y moralejas médicas en la actualidad.
Su legado más precioso fue el de una obra compuesta por 70 escritos que fue recogida por sus discípulos en el "Corpus hippocraticum", en donde se describen distintos descubrimientos sobre anatomía, la naturaleza del hombre, clínica y patología, epidemias, tratados terapéuticos, ginecología y tratados deontológicos.
En el año 1970, se llamó "Hippocrates" a un astroblema ubicado en el lado oscuro de la Luna en honor al gran médico.
******************************
  

lunes, 2 de noviembre de 2015

HISTORIA DE LA MEDICINA

   CONSEJO DE ESCULAPIO
Con este nombre se conocen las reflexiones hechas por un antiguo galeno a un joven que aspiraba a serlo. Hoy, después de veinticinco siglos, constituyen para los médicos lo que la Biblia para los cristianos, lo que el Corán para los mahometanos o lo que un himno épico para los antiguos espartanos. No se sabe, a ciencia cierta, quién fue el autor de estos atinados consejos, atribuidos al dios de la Medicina, que tal es Esculapio dentro de las mitologías griega y romana.
 En efecto, cuenta la leyenda que Esculapio era hijo del dios Apolo y de la princesa Coronis, y que había nacido en Epidauro. Su madre lo llevó al monte Mirtión, donde fue amamantado por una cabra y recogido por un pastor, que reconoció su origen divino por el halo que rodeaba su cabeza.



Otra leyenda dice que, como al nacer Esculapio murió Coronis, Apolo lo entregó al centauro Quirón para que lo criara y lo educara; éste le enseñó medicina, en la que el discípulo superó enseguida al maestro, de tal modo que, además de restituir la salud a los vivientes, volvía la vida a los muertos. Esto hizo que Plutón, soberano de los infiernos, se quejara a Júpiter, padre de los dioses, de que un mortal usurpara lo que era privilegio del poder divino; Júpiter escuchó la queja y mató con un rayo a Esculapio, por lo que Apolo, para vengar la muerte de su hijo, mató a su vez a los cíclopes que habían forjado el mortífero rayo.
Las representaciones más conocidas de Esculapio nos lo muestran como un hombre de edad madura, de mirada dulce, barbudo y con abundante cabellera, vistiendo un largo manto que, al ser recogido con el brazo izquierdo, deja al descubierto el derecho y busto. Sus atributos son: la copa, que contiene la bebida salutífera; el bastón del viajero, en el que se enrosca la serpiente, signo de adivinación entre los griegos y que figura al lado de todas las divinidades médicas; el onfalos de Delfos, gran piedra sagrada que sostenía el trípode de la pitonisa en los subterráneos del templo y que simboliza la fecundidad de la tierra, y el globo terráqueo. La figura de Esculapio suele ir acompañada, además de la serpiente, que rara vez falta, del perro, que le estaba consagrado en recuerdo del que llevaba el pastor que lo había recogido, y de la cabra que lo había amamantado. 
 ¿Quieres ser médico, hijo mío?
Aspiración es esta de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia.
¿Deseas que los hombres te tengan por un dios que alivia sus males y que ahuyenta de ellos el espanto?

¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida?
La mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su tarea, aislarse lejos de los inoportunos; tu puerta quedará siempre abierta a todos; vendrán a turbar tus sueños, tus placeres, tu meditación; ya no te pertenecerás. Los pobres, acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia; pero los ricos te tratarán como a un esclavo encargado de remediar sus excesos; sea porque tengan una indigestión, sea porque estén acatarrados, harán que te despierten a toda prisa tan pronto como sientan la menor inquietud; habrás de mostrar interés por los detalles más vulgares de su existencia, decidir si han de comer cordero o carnero, si han de andar de tal o cual modo. No podrás ausentarte, ni estar enfermo, tendrás que estar siempre listo para acudir tan pronto te llame tu amo.

¿Tienes fe en tu trabajo para conquistarte una reputación?
Ten presente que te juzgarán no por tu ciencia, sino por las casualidades del destino, por el corte de tu capa, por la apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la atención que dediques a las charlas y a los gustos de tu clientela. Los habrá que confiarán en ti si no vienes del Asia; otros si crees en los dioses; otros si no crees en ellos. Tu vecino el carnicero, el tendero, el zapatero, no te confiará su clientela si no eres parroquiano suyo; el herborista no te elogiará, sino en tanto que recetes sus hierbas.
Habrás de luchar contra las supersticiones de los ignorantes.

¿Te gusta la sencillez?, habrás de adoptar la actitud de un augur.
¿Eres activo, sabes qué vale el tiempo?,
no habrás de manifestar fastidio ni impaciencia; tendrás que aguantar relatos que arranquen del principio de los tiempos para explicarte un cólico

¿Sientes pasión por la verdad?
Ya no podrás decirla. Habrás de ocultar a algunos la gravedad de su mal, a otros su insignificancia, pues les molestaría. Habrás de ocultar secretos que posees, consentir en parecer burlado, ignorante, cómplice.

No te será permitido dudar nunca:
 si no afirmas que conoces la naturaleza de la enfermedad, que posees un remedio infalible para curarla, el vulgo irá a charlatanes que venden la mentira que necesita.
No cuentes con agradecimientos: cuando el enfermo sana, la curación es debido a su robustez; si muere, tú eres quien lo ha matado. Mientras está en peligro te trata como a un Dios, te suplica, te promete, te colma de halagos; no bien está en convalecencia ya le estorbas; cuando se trata de pagar los cuidados que le has prodigado, se enfada y te denigra.

 Te compadezco si sientes afán por la belleza: verás lo más feo y más repugnante que hay en la especie humana; todos tus sentidos serán maltratados. Habrás de pegar tus oídos contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de míseras viviendas, los perfumes harto subidos de las cortesanas, palpar tumores, curar llagas verdes de pus, contemplar los orines, escudriñar los eructos, fijar tu mirada y tu olfato en inmundicias, meter el dedo en muchos sitios. Te llamarán para un hombre que, molestado por dolores de vientre, te presentará un bacín nauseabundo, diciéndote satisfecho "gracias a que he tenido la precaución de no tirarlo". Recuerda entonces que habrá de parecer interesarte mucho aquella deyección. Hasta la belleza misma de las mujeres, consuelo del hombre se desvanecerá para ti. Las verás por la mañana, desgreñadas y desencajadas desprovistas de bellos colores, olvidando sobre los muebles parte de sus atractivos. Cesarán de ser Diosas para convertirse en pobres seres afligidos por la desgracia. Sentirás por ellas menos deseos que compasión

Tu oficio será para ti una túnica de Neso: en la calle, en los banquetes, en el teatro, en tu cama misma, los desconocidos, tus amigos, tus allegados te hablarán de sus males para pedirte un remedio. El mundo te parecerá un vasto hospital, una asamblea de individuos que se quejan. Tu vida transcurrirá en la sombra de la muerte, entre el dolor de los cuerpos y de las almas, de los duelos y de la hipocresía que calcula, a la cabecera de los agonizantes.
Te verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano. Cuando a costa de muchos esfuerzos hayas prolongado la existencia de algunos ancianos o de niños deformes, vendrá una guerra que destruirá lo más sano y lo más robusto que hay en la ciudad. Entonces, te encargarán que separes los débiles de los fuertes, para salvar a los débiles y enviar a los fuetes a la muerte.
Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero si, indiferente a la fortuna, a los placeres, a la ingratitud; si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerte por el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte: Si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino, entonces hazte médico, hijo mío.
*ESCULAPIO
Dios griego de la Medicina. Muerta Coronis (su madre), Apolo (su padre) lo encomienda a los cuidados del centauro Quirón, versado en medicina y en el conocimiento de las plantas medicinales. Esculapio llegó a dominar la cirugía, la terapia con plantas y, además, resucitaba a los muertos. Zeus, irritado por su infracción a la ley inmutable, lo fulminó con su rayo. El Templo de Esculapio, levantado en su honor en el siglo IV aC, llega a su apogeo en el siglo II dC, pues Galeno ejerció allí su profesión.