lunes, 4 de enero de 2016

HISTORIA DE LA MEDICINA BOLIVIANA (CHUQUISACA)

Época Colonial - Real Audiencia de Charcas
Dr. Antonio Dubravcic Luksic

La medicina indígena
Cuando los españoles llegaron a tierras americanas, pudieron comprobar que los indígenas no desconocían el arte de curar. Guiados por el instinto de conservación, los aborígenes aplicaban las propiedades curativas de las hierbas, las plantas y hasta las vísceras de ciertos animales, para mitigar los dolores. Con procedimientos primitivos —en que buscaban la colaboración de la brujería y el fetichismo— aplicaban remedio a enfermedades desconocidas por los europeos, como las fiebres tropicales, la disentería y el paludismo. En caso de infecciones o mordeduras de animales ponzoñosos, acercaban la herida al fuego" hasta que ya no podían soportar el calor".
En el Imperio Incaico se realizaron  difíciles intervenciones como la trepanación craneana, demostrada en los hallazgos arqueológicos, el arte de curar entre los indígenas fue siempre muy útil a curanderos, exorcistas y hechiceros. La superstición del aborigen le permitió creer en la existencia de espíritus maléficos causantes de las enfermedades.
Desde el punto de vista científico, no puede dudarse que los médicos españoles encontraron en el Nuevo Mundo sencillas y útiles nociones empíricas, surgidas de hombres que vivían en contacto directo con la naturaleza. El hecho es indiscutible —escribió el historiador Furlong— y el encuentro de la medicina europea con la americana no fue un choque sino un abrazo. Ninguna de las dos repudió a la otra, antes se complementaron espléndidamente.
El aporte de la medicina indígena se reflejó en los siguientes progresos científicos:
a) Enriquecimiento de la farmacopea con nuevas drogas, como la jalapa, la quina, la coca, el bálsamo, la poligala, la zarzaparrilla, etcétera.
b) Se imprimieron en España —más tarde en América— textos sobre el empleo de esos medicamentos.
Nueva forma de encarar la terapéutica, hasta esa época sujeta a las doctrinas aristotélicas y galénicas.
d) Fueron enviadas expediciones científicas a las nuevas tierras, la primera de ellas a cargo de un Protomédico General de Indias
 En la época precolombina, los incas y los aymaras, contaban con medios terapéuticos rudimentarios, pero efectivos para su tiempo, que con el correr de los años siguen  siendo utilizados, inclusive en nuestros días está reviviendo la  costumbre de  emplear muchas plantas medicinales con buenos resultados como preconiza la medicina callahuaya.(10)

QUECHUAS  Y AYMARAS

En el Ckollansuyo, habitaron los “Charcas”, que  estuvieron constituidos por los “quillacas”,”sipe-sipes”, “cundu-cundus” “yamparas” y otros grupos,  habitantes de las punas y de los valles templados.
Los charcas  integraron la nación aymara que por sucesivas invasiones de los incas, adoptaron gran parte de sus costumbres y su idioma, de tal manera que el quechua hablado en Chuquisaca tiene un gran porcentaje de términos de aquella lengua, así tenemos el ejemplo de “Pampa Yampara” que es de origen aymara (9)
Para el quechua, el origen de muchas enfermedades constituye un misterio, para diagnosticarlas y curarlas se  recurría simultáneamente a explicaciones y remedios de tipo cósmico ancestral, incluyendo una rica tradición en el manejo de la farmacopea andina.
El campesino que disminuye los riesgos agrícolas sembrando muchas especies en diferentes lugares y tiempos distintos, actúa con este mismo criterio  ante la enfermedad.
La concepción autóctona no distingue entre enfermedades-curaciones, de tipo mágico y otras de tipo natural; es mucho más unitaria, como un sistema de relaciones entre el cuerpo, sus varias almas, la sociedad y el cosmos lleno de seres tan vivos y reales como nosotros, como partes inseparables que componen un todo armónico. La medicina andina asume una ideología globalizadora de cuerpo y espíritu, persona, sociedad y cosmos; posee curas naturales, cuidados personales y remedios rituales que facilitan la respuesta adecuada del enfermo andino.
 
Yatiri,  el brujo o vidente era el que interpreta en las hojas de coca dispersas, no solo las causas de las enfermedades, sino otras situaciones por las que fue consultado. Realizaba el diagnóstico y la curación de todo tipo de desorden físico-psíquico-cósmico (incluidas las enfermedades),  por haber sido tocado por el rayo o haber recibido poderes superiores ya desde su nacimiento. Era a la vez médico, adivino y sacerdote, dominaba los recursos rituales, aunque conocía también los naturales. Dentro de estos el jampiri o qulliri (el que cura) estuvo  especializado en enfermedades y tuvo un amplio conocimiento de las plantas y otros recursos naturales medicinales.

Los Amautas, sabios de la nobleza incaica, fueron los supervisores de la ciencia, realizaban interpretaciones astrológicas, pronosticaban el tiempo, fueron formados en una escuela  en el Cuzco denominada Yanahuasi.
Los Kallawayas, alcanzaron su apogeo en las prácticas médicas, es posible que existieron como un grupo especializado mucho antes, la primera referencia que se tiene corresponde al siglo XVIII, en los escritos  de Guaman Poma los menciona  diciendo: “llevaban resinas aromáticas, incienso, quinina, yerbas medicinales, recorrían todo el territorio  del virreinato, restituyendo la salud con la juiciosa aplicación de mezclas de yerbas y virtudes específicas a diversas enfermedades” (6)
 Cada kallawaya conocía entre 300 a 350 especies vegetales diferentes, la división entre plantas calidas y frescas, las primeras se utilizaron para sacar el calor, tratar la fiebre, provocar sudores, curar las insolaciones; las segundas se utilizaron  para tratar las fiebres menores, debilidades, anemias, enfriamientos musculares etc. Su utilización simultáneamente en las prácticas médicas mágicas y rituales  tanto por los quechuas como por los aymaras (5)
A finales  del siglo XVIII circularon en Charcas libros manuscritos que describían las propiedades curativas de las plantas y animales, en 1769 se escribió un manuscrito que recopiló diversos conocimientos de la medicina indígena, escrito por el médico Martín Melgar, dicho manuscrito  fue publicado en 1943 por Don Gunnar  Mendoza, Director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (6). Las medicinas se vendían en los mercados por los mercachifles, conocidos con el nombre de khapachaquis, en esos puestos de venta se  encontraban las yerbas medicinales: copal. romero, manzanilla, cascarilla y los tres minerales que encierran el alumbre nativo.
La coca (ccoca o kuka)  es utilizada desde la  mas remota antigüedad, ¿Cuándo se la descubrió?, es una interrogante que ha quedado en el misterio. Una leyenda hace coincidir la aparición de la coca con las alteraciones geológicas que se produjeron en  el macizo andino del continente. Khuno, el señor de la tempestad, del rayo y del trueno, se volvió celoso y egoísta por el poder que ostentaban los auquis (consejeros ancianos) y  los jilakatas (jefes o capataces) para disponer la quema de los bosques, ello desato la furia de Khumo que envió a la tierra rayos truenos, relámpagos, tormentas con lluvias y granizo, asolando los sembradíos. Los pobladores sobrevivientes deambularon en busca de alimentos, encontraron el arbusto de la coca, provistos de ese hallazgo pudieron sobre llevar  sus necesidades, a esa planta le pusieron el nombre de kukka, le atribuyeron diferentes cualidades  sagradas, por esa razón su consumo en principio fue solo autorizado en los rituales religiosos y grandes  festividades, era de tanta estimación la hoja, que solo la conocían  los reyes y nobles… a los plebeyos les era prohibido su uso sin licencia del Inca (3). Ramas de coca ceñían la frente de los héroes, adornaban sus altares, los adivinos usaban las hojas de coca para pronosticar la ventura o la desgracia, a decir de Gracilazo de la Vega “echavan la yerba llamada cuca, como diziendo que la ofrescian  a la Pachamama lo mas preciado que llevaban”(2).
 
Los conocimientos empíricos sobre la utilización de yerbas y demás menjurjes, fueron el fruto de una largísima  práctica, con éxitos y desengaños, que a través del tiempo pasaron a integrar el acervo de la sabiduría de los hechiceros y curanderos. (6)
Louis Girault,(8) ciudadano francés, que falleció en La Paz, publico un libro intitulado “Guerisseurs Iterants des Andes”, en esas observaciones Girault, se refiere al uso sistemático de una farmacopea vegetal, constituye una de las colecciones de plantas mas grande del mundo, relacionada  con los principios activos de las plantas, la constatación del uso de mas de 980 especies botánicas, el conocimiento de los efectos farmacológicos, así como la clasificación, los métodos de recolección y el uso del nombre de las plantas tanto en quechua (khesbwa) y aymara, implica una larga traición de empirismo médico que emergió en el devenir de la Colonia en el siglo XVII, como una necesidad para llenar un vacio
El alcohol,- Los habitantes del continente americano, utilizaban una variedad de bebidas alcohólicas, entre ellas la mas conocida la chicha en base a la fermentación de la harina de maiz. El Padre Acosta manifiesta “No les sirve a los indios el maíz solo de pan  sino también de vino, porque de él hacen sus bebidas, con que se embriagan. El vino de maíz en el Pirú  se llama azúa, en el Alto Perú akha”. En las tumbas antiguas (chullpas) no faltan los vasos de arcilla con huellas de chicha y las mazorcas de maiz junto a las hojas de coca para alimentar al difunto en la otra vida (2)
Las trepanaciones realizadas por las culturas Pre Colombinas en los territorios de nuestra América Latina, fueron efectuadas por la cultura Tiwanakota, siglos antes de la cultura Incaica. Esta se desarrolló aproximadamente a partir de 1300 hasta su caída con la captura de Atahuallpa por Pizarro en 1532, y algunos autores atribuyen equivocadamente la autoría de las trepanaciones a los Incas, ya que por estudios realizados en diversas piezas arqueológicas y la cerámica, se ha establecido con absoluta certeza que estas prácticas se remontan a los primeros periodos de la cultura y civilización de Tiwanaku, establecida en los territorios que actualmente ocupan parte de Bolivia y del Perú. Por todos los datos obtenidos estamos convencidos que esta practica se llevo a cabo en vida de los sujetos, por la presencia de signos de regeneración ósea que se perciben examinando los bordes de las craneotomías, pudiéndose apreciar la sustitución de los alvéolos de la capa esponjosa del diploe por el tejido compacto, lo que demuestra en forma contundente un proceso de osificación. Esto nos prueba que las trepanaciones fueron seguidas de una sobrevida más o menos prolongada (1).
En la  antigua practica de deformación de los cráneos, Pachacutec Inca Manco Cápac. ordeno que se amarre la cabeza de los niños recién nacidos para que crezcan con deficiencia mental, ya que los indios con cabeza grande y redonda eran muy emprendedores y muy desobedientes. Les interesaba que las gentes tengan la cabeza larga  y deformada para que sean obedientes (2)
La Cirugía, a decir de Gracilazo de la Vega “los españoles al pisar tierra americana, comprobaron que la medicina en general y la cirugía en particular, eran superiores a las de ellos. El mismo Hernán Cortés prefirió hacerse  curar una herida de la cabeza con un indígena, antes que con sus coterráneos” (5)
La anestesia no era desconocida, un procedimiento práctico fue la alcoholización, muchas operaciones fueron realizadas bajo el efecto del alcohol: perforaciones de las orejas, amputaciones, trepanaciones del cráneo etc. Practicaban las sangrías, el objeto no fue precisamente eliminar la sangre, sino el dolor y otros fenómenos locales. Utilizaban diferentes instrumentos: espinas, huesos, dientes, el mas utilizado fue la lanceta o punta de pedernal. Una de las indicaciones corrientes de las sangrías era las cefaleas. En casos de congestión visible de la cara o del alcoholismo  agudo, la indicación era la sangría urgente.
Las heridas fueron suturadas con cabello humano o fibras vegetales, mediante agujas de madera o hueso
Bibliografía
1.- Alvarado Ramiro “Trepanaciones y deformaciones craneales en Tiwuanaco” http://www.revistamedica.8m.com/histomed120B.htm
2.- Balcazar Juan Manuel “Historia de la Medicina en Bolivia”, Edición “Juventud” La Paz 1956).
3- Cobo Bernabé, “Historia del Nuevo Mundo”
4.- Antonio Escorza http://www.lagranepoca.com).
5.- Gracilazo  de la Vega, Inca “Comentarios  Reales de los Incas” Buenos Aires 1943
6- Guaman Poma de Ayala “Nueva crónica y Buen Gobierno” México 1930
7- Rodríguez Rivas Julio. “Médicos y Brujos en el Alto Perú” Edit Los Amigos del Libro Cochabamba 1989)
8- Girault Louis, Kallawaya” París 1984 (reimpresión)
9.-Marquiegui Jose María “Resumen historia del Ckollansuyo, Charcas, hoy Bolivia”. Edit Salesiana Sucre 1938
10.- Sánchez Jaime “Contribución a la Historia a la Medicina Chuquisaqueña” Arch. Bol de Med. 24; 1985

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